“Rajoy ha aplicado el estado de excepción y ha suspendido de facto el autogobierno”, ha denunciado Carles Puigdemont, president de la Generalitat, en una declaración institucional tras la intensa sucesión de acontecimientos sobre el referéndum del 1 de octubre, protagonizada por la detención de trece altos cargos de la Generalitat y los registros de hasta cuatro consejerías catalanas.
“En esta situación el Gobierno de Cataluña quiere dirigirse a sus ciudadanos con un mensaje claro: condenamos y rechazamos la actitud totalitaria del Estado español”, ha afirmado el dirigente catalán en un duro mensaje institucional acompañado de los miembros de su equipo de gobierno, en su mayoría ataviados con corbata negra.
Según Puigdemont, las actuaciones de la Guardia Civil para impedir la consulta soberanista suponen “una agresión” que está “fuera de amparo legal” y que «el Gobierno ha suspendido de facto e ilegítimamente la Autonomía».
Ha hecho especial hincapié en asegurar que el Ejecutivo catalán apoyará a las personas detenidas en el proceso: “Damos todo el apoyo y amparo político y personal a los miembros y servidores públicos detenidos”, ha defendido, prometiendo además “a todos los demócratas indignados” que el Govern “les ratifica su compromiso y la garantía de que siempre les defenderá”.
“Consideramos que el Gobierno español ha sobrepasado la línea roja que le separaba de los regímenes autoritarios y represivos”, ha atacado, “y se ha convertido en una vergüenza democrática”, ha remachado.
El líder del Ejecutivo catalán y convocante de la consulta del 1-O ha defendido que el Govern “estudiará las respuestas oportunas” ante las medidas puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy, e insiste en que los catalanes “están convocados el 1 de octubre ante un régimen intimidatorio, y tenemos que dar una respuesta cívica”.
“Iremos a votar”
Puigdemont subraya que la legitimidad para iniciar el proceso de referéndum en Cataluña nace de las elecciones autonómicas de septiembre de 2015, que dejó el gobierno regional en manos de la antigua Convergència y ERC, con el apoyo de la CUP. “El Govern tomará siempre sus decisiones al amparo de la legitimidad ganada en las urnas y será fiel al propósito a un programa aprobado por el Parlament de Catalunya y nunca suspendido por ningún tribunal”.
Mientras a las puertas de las consejerías inspeccionadas cientos de ciudadanos protestan y repiten el lema “¡Votaremos!”, Puigdemont se reafirma en ese propósito y asegura que el 1 de octubre “saldremos de casa con una papeleta y la utilizaremos, y esa acción de respuesta democrática contrasta con aquellos que solo hablan desde el autoritarismo”, ha defendido.
“Lo que está viviendo Cataluña no lo ha vivido ningún estado europeo”, ha proseguido, para concluir que su equipo no aceptará “dar un paso atrás”.
