Señor presidente de la Asamblea Nacional de Cataluña, la diada de ayer fue un ejercicio multitudinario de adiestramiento, una demostración de disciplina colectiva que suscita tanta admiración como vértigo fatal. Tras la deserción de Puigdemont y de Forcadell queda erigido en máximo poder político sin contraste ni limitaciones, situado al frente del procés y de los catalanes que han optado por ponerse al margen de la Constitución y del Estatuto con la pretensión de plantar en la calle su desafío al que les alentaron desde el balcón. Empieza la cuenta atrás.
Las mismas fuentes han indicado que todos los inversores institucionales de Puig están inmersos en el análisis de la operación, que ya ha logrado…