Hipotecas fijas, variables y mixtas: ¿en qué consisten?

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Hipotecas fijas, variables y mixtas: ¿en qué consisten?

Se puede hablar de tres grandes categorías. A estas nos referimos cuando hablamos de hipotecas fijas, hipotecas variables o bien hipotecas mixtas.

Hipoteca Santander

Todo aquel que se plantea el comprar una vivienda a buen seguro que habrá echado ya algún que otro vistazo a los diferentes modos de financiación. Salvo en los excepcionales casos en los que dicha casa se puede comprar directamente, suele hacer falta la ayuda de un banco en forma de préstamo (como puede ser la hipoteca Santander) Igualmente importante que puede ser el saber elegir la entidad financiera más adecuada está el hecho de saber elegir la tipología hipotecaria que mejor se adapte a cada uno porque no todas las hipotecas son iguales, ni mucho menos. En concreto, se puede hablar de tres grandes categorías. A estas nos referimos cuando hablamos de hipotecas fijas, hipotecas variables o bien hipotecas mixtas. Para tratar de comprender un poco mejor en qué consiste cada una de ellas y en qué se diferencian del resto, vamos a tratarlas por separado.

1. Hipotecas fijas. Se trata de aquellos préstamos que concede el banco por una cantidad fija que se acuerda todos los meses. Este dinero dependerá de la cuantía de la vivienda, del dinero total que se vaya a solicitar y del plazo que se haya pedido para la devolución en sí. A esto, como es lógico, se le suman los intereses. Es una de las hipotecas preferidas por los españoles porque es una manera de saberse seguros de cuánto se tiene que pagar, con independencia de todo lo demás, del mercado, de los índices… En una hipoteca a coste fijo el precio a pagar siempre se mantiene. Para poder conseguir un tipo de interés más bajo lo que se suele requerir es que se domicilie la nómina, que se contrate algún tipo de seguro, que se de uso a determinadas tarjetas o que se vincule el préstamo al plan de pensiones… Sea como fuere, en cada banco ofrecerán unas opciones distintas y unos requisitos diferentes. Lo mejor es valorar cada una de ellas y ver cuál es la mejor alternativa posible.

2. Hipotecas variables. Es la opción opuesta del punto anterior. En esta ocasión la cuota mensual que habrá que pagar el solicitante por el préstamo que se haya concedido para poder hacer frente al pago de una vivienda sí que se verá condicionado por el mercado financiero. Uno de los índices de referencia clave es el euríbor, que ha registrado nuevamente el pasado mes de agosto una bajada, situándose en el -0,156%. Este nuevo mínimo histórico le ha venido muy bien a todos aquellos que tenían contratada este tipo de hipoteca, pero también puede ocurrir al contrario. En este caso hay que tener siempre en cuenta los dos extremos posibles antes de elegir.

3.Hipotecas variables. Se trata de un préstamo hipotecario que combina los dos puntos anteriores (las hipotecas fijas y las variables) Por norma general, durante los primeros años se paga una cuota mensual determinada y el resto de los años que resten hasta pagar la deuda se aplicará el interés variable, por lo que la cantidad a pagar puede subir o bajar, por norma general, cada seis meses.

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