La ultraderecha presiona a Merkel en la recta final de la campaña

Elecciones en Alemania

La ultraderecha presiona a Merkel en la recta final de la campaña

Aunque la campaña electoral alemana parezca anodina, apenas Angela Merkel se sube a un podio en una plaza de Alemania el ambiente se calienta casi a punto de ebullición.

Angela Merkel, canciller de Alemania

Vuelan tomates y se suceden los silbidos, los abucheos y los bocinazos. Una y otra vez, grupos de ultraderecha interrumpen de forma masiva los mitines de la líder conservadora, favorita para encadenar un cuarto mandato tras la cita en las urnas del 24 de septiembre. «¡Vete!» y «¡Fuera Merkel!», corean los detractores.

En varios actos de campaña en el este del país, son tantos los que hacen ruido que los seguidores de Merkel casi no pueden escucharla. Aún cuando Merkel encabece las preferencias electorales, es un hecho que en muchos rincones del país reina el descontento, como Heidelberg, en el suroeste, o Torgau y Wolgast, en el este.

Para el secretario general de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, Peter Tauber, extremistas de derecha «bajo la bandera de Alternativa para Alemania» molestan casi todos los actos.

La presión desde la derecha aumenta sobre Merkel, pero no solo en la calle. A dos semanas de los comicios, los xenófobos de Alternativa para Alemania (AfD) van subiendo en la intención de voto y podrían incluso convertirse en tercera fuerza en el Parlamento germano.

Mientras que todos dan por sentado que Merkel será nuevamente la jefa de gobierno y su CDU el partido más votado, el Partido Socialdemócrata del candidato Martin Schulz ya ve esfumarse las ilusiones de desalojarla de la cancillería y la verdadera lucha se dirime por el tercer puesto.

La encuesta dominical de la cadena pública de televisión ARD ubica hoy a los populistas de derechas por delante, con 11 por ciento de las preferencias, seguidos de La Izquierda, con 10 por ciento, el Partido Liberal (FDP), con nueve por ciento y Los Verdes, con ocho.

El duelo televisivo del domingo pasado entre Merkel y Schulz dejó al descubierto que las diferencias entre los dos grandes partidos que gobiernan en alianza son más bien matices, lo que viene a confirmar la opinión de muchos de que la campaña está huérfana de contenidos. Esto, al mismo tiempo puede beneficiar a los populistas.

Un cierto desasosiego se apodera estos días de la CDU y de su hermana bávara CSU (Unión Cristianosocial) ¿Se ha subestimado a la AfD? ¿Se ha dejado un flanco abierto hacia la derecha?

Los de Merkel argumentan que lograron desacreditar ante los electores la opción de una fórmula de socialdemócratas, La Izquierda y Verdes y probablemente por ello descuidaron a la AfD. Ahora, los conservadores quieren unir fuerzas y concentrarse más en atacar a los ultraderechistas.

«No hay una receta patentada para el trato con este partido, que en parte es extremista de derecha. Por un lado no queremos darle más categoría hablando una y otra vez de él, pero por el otro debemos destacar el carácter a veces ultraderechista que tiene», afirman desde círculos de la CDU.

Asimismo, los políticos del partido de Merkel admiten que muchas veces evitaron contestar a los ataques de los populistas en las redes sociales y a las constantes difamaciones que la AfD lanza contra la prensa.

La tarea de hablar y desenmascarar a los ultraderechistas sin darles más categoría se perfila difícil. Pero los que vociferan en las plazas podrían ser un punto vulnerable de la AfD en los últimos metros de la carrera electoral.

Los conservadores han anunciado que plantarán cara. «Estos autodenominados patriotas son en gran parte ultraderechistas que en una mano llevan el afiche de la AfD y con la otra hacen el saludo hitleriano», sostuvo el secretario general de la CDU, Peter Tauber, en declaraciones al diario «Neue Osnabrücker Zeitung».

Tampoco Merkel se dejará intimidar. Los políticos «tienen que estar justamente allí (…) y enfrentarse», dijo en un acto el sábado. «Los políticos tenemos que tomar partido».

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