La ofensiva de las empresas pro TTIP y CETA para retratar a las ONG como conspiranoicas

Tratados de libre comercio

La ofensiva de las empresas pro TTIP y CETA para retratar a las ONG como conspiranoicas

El informe “matar al mensajero” recoge los ataques más comunes de las corporaciones empresariales contra plataformas críticas con los tratados de libre comercio.

Anuncio de un grupo neoliberal en la prensa alemana.

Que Rusia les financia, que apoyan a Trump, que son económicamente analfabetos, populistas o que solo argumentan en base a “mitos”. Son los ataques que con mayor frecuencia reciben ONGs y asociaciones críticas con los nuevos tratados de libre comercio desde think tanks y lobbies corporativos interesados en potenciarlos.

Un informe conjunto de Corporate Europe Observatory y LobbyControl, “Matar al mensajero”, analiza las estrategias más recurrentes de los grandes intereses comerciales para deslegitimar a plataformas críticas con sus actuaciones. “Los que más ganan con los acuerdos comerciales tratan de socavar y desacreditar a grupos de la sociedad civil que se movilizan por la justicia comercial”, denuncia el texto.

Tratados tan polémicos como el TTIP y CETA (acuerdos de la UE con Estados Unidos y Canadá respectivamente) han promovido vigorosas manifestaciones desde ámbitos académicos, pequeñas empresas, gobiernos locales, sindicatos o jueces, entre muchos otros sectores. Y creen que las descalificaciones se deben a la inconsistencia de los propios argumentos de las corporaciones, además de ser parte de una ofensiva coordinada para difamar a las ONG que rechazan los grandes acuerdos de libre comercio e inversión.

“Nos han acusado de alarmismo, nos han relacionado con premisas de extrema derecha o populistas contra la globalización; de financiación dudosa o de ser poco transparentes”, enumera el informe, que recoge ejemplos de cada caso. Critican que las corporaciones privadas se apropian las etiquetas de “ evidencia y datos” y tachan de ‘conspiranoicas’ a las ONG, tildando sus argumentos de “mitos” y “conceptos erróneos”.

“Han dado por hecho que aquellos que no apoyan los tratados comerciales son económicamente analfabetos y no entienden cómo funcionan las cosas en la realidad. Esto es parte de un retrato más amplio del neoliberalismo, que se presenta como una ley natural, no ideológica, con autoridad para desacreditar a quienes no entienden los tecnicismos del comercio”.

También los políticos

Pero quizá lo más grave sea que no sólo las grandes corporaciones tratan de caricaturizar a las ONG: el informe recuerda cómo la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, se mofaba de los grupos anti- TTIP en 2015 con el lema “no nos gusta el comercio, no nos gusta el libre comercio y no nos gustan los Estados Unidos”.

Dos años más tarde la comisaria criticó, en el contexto de la firma del acuerdo entre la UE y Japón, que Greenpeace “estará en contra de todo lo que figure en un acuerdo comercial”. Cuando la ONG verde filtró documentos sobre el TTIP en 2016, fue el portavoz comercial de EEUU Michael Froman el que calificó las informaciones de Greenpeace como “engañosas en el mejor de los casos y erróneas en el peor”.

El embajador estadounidense Anthony Gardner se refirió hace unos meses a “los críticos desinformados del libre comercio” y a la forma en la que “simples falsedades vendidas en los las redes sociales triunfan sobre verdades complejas”.

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