Los datos oficiales en la sanidad madrileña que explican la indignación de la encuesta de Facua

Sanidad

Los datos oficiales en la sanidad madrileña que explican la indignación de la encuesta de Facua

El Sindicato Asambleario de Sanidad recuerda a Cifuentes "que los datos que da el propio SERMAS reflejan los datos de la encuesta de Facua".

Cristina Cifuentes en el Centro de Transfusión de Sangre

La encuesta realizada por Facua ha supuesto todo un huracán en la sanidad pública madrileña: ya sea por los datos que refleja o por las reacciones que han salido desde la Comunidad de Madrid. De hecho, la propia presidenta autonómica salió personalmente al paso de las contundentes conclusiones del estudio –se concluía que dos de cada tres usuarios consideran que la sanidad ha ido a peor desde que gobierna Cristina Cifuentes-. La réplica ha llegado por parte de la asociación que ha pedido a la dirigente regional que apueste por la autocrítica en vez de intentar desacreditarles. El Sindicato Asambleario de Sanidad (SAS) también ha querido aportar su visión de lo que han censurado los madrileños.

«Si analizamos, por ejemplo, los datos de la lista de espera de consultas de especialistas, de pruebas y quirúrgica, podemos observar que los datos que da el propio SERMAS reflejan los datos de la encuesta de Facua», apuntan desde la organización sindical. Y es que el plan de choque de Cifuentes para reducir estas listas no terminan de dar su fruto. Tal y como publicó ElBoletín.com la semana pasada, la espera media para poder ser operado se ha disparado un 20% desde que entrase en vigor el programa diseñado por la Consejería de Sanidad. Mientras, el número total de pacientes pendientes de ser intervenidos se ha reducido levemente.

Según refleja SAS, del mes de junio de 2016 al mes de julio de 2017 el camino recorrido ha ido a peor. «La lista de espera de consultas de especialistas se ha incrementado un 47,20%, llegando a ser el número de pacientes que están en la lista de espera de 337.498. De los que 120.789 llevan más de 90 días», desglosan desde el sindicato. De la misma manera, la lista de espera para pruebas tampoco ha ido a mejor en el último año: «Se ha incrementado un 21,84%, llegando a ser el número de pacientes que están en la lista de espera de 104.157. De los que 49.995 llevan más de 90 días».

La Comunidad de Madrid dejó sin gastar 40 millones para reducir las listas de espera

El Gobierno de Cristina Cifuentes y Ciudadanos acordaron en 2016 destinar 46.518.964 euros para el llamado “Plan Integral Listas de Espera”. No obstante, la Memoria del SERMAS desvela que el grado de ejecución, en realidad, bajaba a los 7,5 del presupuesto final. En total, se ‘perdieron’ por el camino cerca de 40 millones de euros.

Unos datos oficiales que facilita el Portal de Transparencia de la Comunidad de Madrid que para SAS da fuerza a la opinión que han transmitido los madrileños a Facua. «Desde nuestra organización estos datos solo vienen a constatar lo que hemos venido denunciando: que la política de privatización de la Comunidad de Madrid, junto a los recortes del gasto público en sanidad, no han servido para solucionar los problemas de la atención sanitaria de los usuarios, sino que los ha aumentado», reprocha SAS.

Pese a que la ola de la privatización sanitaria tuvo su mayor esplendor con los gobiernos de Esperanza Aguirre y de Ignacio González, la no reversión de esos procesos son un ‘fantasma’ que persiguen a Cifuentes. «Consideramos que los datos son alarmantes y creemos que las soluciones pasan, entre otras, por el rescate de todo lo privatizado«, recuerdan desde el sindicato.

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Otra de las conclusiones que dejan los datos oficiales tienen que ver con la temporalidad y la precariedad en la sanidad madrileña. Según constató este medio, la última Memoria del SERMAS desvelaba que el Gobierno de Cifuentes no había conseguido paliar este problema: en 2016 el 35,86% de los profesionales fueron eventuales o interinos, mientras que en 2015 el porcentaje se situó en el 33,94%. Unos números que se suman a otra medida que ha dejado ‘tiritando’ a la sanidad pública madrileña, tal y como rememora SAS: «Las políticas de recortes en personal y de recursos asistenciales».

No obstante, no todo podrían ser malas noticias: Madrid tiene 11 hospitales más desde el año 2007 hasta la actualidad, aunque… pese a estas inauguraciones, el número de camas no ha aumentado. Ni lo hizo con los gobiernos de Aguirre y de González, ni con el de Cifuentes. De nuevo, la Memoria del SERMAS volvía a recoger que de 2015 a 2016 se perdieron 501 camas instaladas bajando, por primera vez desde 2010, de la barrera de las 15.000 unidades en los centros de la región. «Con 11 hospitales privados (privatizados) más, los usuarios ven más colapsadas las urgencias; las listas de espera de consultas de especialista, de cita con el médico de cabecera, de pruebas y quirúrgicas son mayores; han aumento las limitaciones de los médicos de cabecera para prescribir fármacos y derivar al especialista», concluyen desde SAS.

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Aunque Cifuentes censuró que en Madrid no se estaba privatizando, el sindicato no olvida que se continúa con la gestión hospitalaria PFI (la parte no sanitario privatizada) y PPP (totalmente privatizados). Asimismo, SAS critica que con la llegada de la popular a la presidencia tampoco se ha frenado los procesos privatizados que había: se mantiene «un laboratorio de pruebas diagnosticas privatizado que atiende a más de un millón de personas; aumenta el dinero asignado a conciertos con empresas privadas; crece la privatización de la limpieza, seguridad, etc., y del resto de servicios no sanitarios; sigue la privatización del Call Center [pese a tener a toda la oposición en contra] y del Centro de Transfusiones».

Por ello, la organización, aparte de rescatar «todo lo privatizado», señala una serie de deberes que aún no han abordado las administraciones autonómicas y nacionales: que se ponga en «en marcha el turno de tarde en los hospitales con el aumento de personal y de recursos suficientes para que los hospitales funcionen al 100% «; que haya un «control democrático de la gestión de la sanidad pública por parte de todos los trabajadores (además de los de sanidad, los demás trabajadores de Madrid) y de los usuarios»; que se derogen las leyes «que permiten la privatización de la sanidad»; y, mirando al Congreso, que se elimine «el artículo 135 de la Constitución».

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