El Bundesbank ha trasladado a Alemania la mitad de sus reservas de oro

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El Bundesbank ha trasladado a Alemania la mitad de sus reservas de oro

El banco emisor alemán se comprometió en 2013 a depositar por lo menos la mitad de sus reservas de oro en cámaras de seguridad en el país hasta el año 2020.

Sede del Bundesbank

Alemania ya ha trasladado a su territorio la mitad de las reservas de oro que guardaba en el exterior, cumpliendo tres años antes de lo previsto el objetivo que se había marcado, comunicó hoy el Banco Central del país, el Bundesbank. «El traslado anticipado (de las reservas) constituye, a mi modo de ver, todo un éxito», señaló el directivo de la entidad Carl-Ludwig Thiele.

Presionado por iniciativas ciudadanas, el banco emisor alemán se comprometió en 2013 a depositar por lo menos la mitad de sus reservas de oro en cámaras de seguridad en el país hasta el año 2020.

Según datos facilitados hoy por el Bundesbank, en la actualidad en Alemania están guardadas 1.710 toneladas, es decir, el 50,6 por ciento del total de las reservas.

En Nueva York permanecen todavía 1.236 toneladas, un 36,6 por ciento. Por su parte, a estas alturas también hay 432 toneladas en Londres, mientras que en Francia ya no queda ningún lingote alemán, después de que este año el Bundesbank retirase las últimas 91 toneladas que allí se encontraban.

Cada uno de los lingotes de oro alemán que han sido trasladados del extranjero ha sido sometido a pruebas de peso y autenticidad. Los costes del traslado del oro han sido cifrados por la entidad bancaria en un total de 7,7 millones de euros.

Alemania es propietaria de unos 270.000 lingotes de oro, la segunda mayor reserva del mundo después de Estados Unidos. Estas reserva, según cálculos del Bundesbank, ascienden a unos 120.000 millones de euros (unos 142.000 dólares).

El hecho de que la mayor parte de las reservas de oro de Alemania estuviese guardada en la Reserva Federal estadounidense, el Banque de France de París o el Bank of England de Londres obedece a razones históricas.

Seis años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1951, el banco antecesor del actual Bundesbank germano comenzó a ahorrar en lingotes de oro y las reservas treparon con fuerza en la década del 50 y 60, las del llamado «milagro económico», que marcó el ascenso de Alemania como potencia exportadora mundial.

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