Eficiencia germana: el Bundesbank repatria 23.700 millones en oro lejos de miradas indiscretas

Eficiencia germana: el Bundesbank repatria 23.700 millones en oro lejos de miradas indiscretas

La “minuciosa” operación que ha permitido a Alemania trasladar 674 toneladas de oro desde Nueva York y París a Frankfurt.

Lingotes oro

Un total de 53.780 lingotes de oro, con un peso de 12,5 kilogramos y un valor de unos 440.000 euros cada uno. En total, 23.700 millones de euros. Sería un botín digno de una superproducción de Hollywood, pero el Bundesbank ha logrado transportar ese cargamento durante los últimos cuatro años desde París y Nueva York hacia sus cajas fuertes de Frankfurt con una precisión germánica, y sobre todo, lejos del alcance de las mentes criminales.

De hecho, el Bundesbank ha asegurado que comprobó “exhaustiva y minuciosamente” cada una de las barras de oro una vez que estuvieron en Frankfurt, sin que se descubrieran “irregularidades en cuanto a autenticidad, finura o peso” de las mismas.

En 2013, el Bundesbank anunciaba su intención de que en 2020 la mitad de sus reservas de oro estuviese en Frankfurt, pero el plan se ha acelerado de tal modo que ya se ha completado con tres años de adelanto. En total, el banco central germano ha trasladado 674 toneladas del metal amarillo que estaban depositadas en las bóvedas del Banco de la Reserva Federal en Nueva York (300 toneladas) y del Banque de France en París (374 toneladas).

Tras estos traslados, el Bundesbank tiene ya en sus arcas 1.710 toneladas de oro. La cifra representa el 50,6% de las reservas de Alemania, que ascienden en total a 3.378 toneladas. Pese a los traslados, en Nueva York todavía quedan 1.236 toneladas (un 36,6% del total) y en las cajas fuertes del Banco de Inglaterra en Londres otras 432 toneladas (12,8%). Donde ya no queda ni una sola pieza de oro es en París, ya que carecen de sentido toda vez que Francia y Alemania pertenecen a la eurozona.

El país centroeuropeo ostenta las segundas mayores reservas de oro del mundo, valoradas en unos 120.000 millones de euros y sólo superadas por las de EEUU. El oro representa dos terceras partes de las reservas en divisas de Alemania, mientras que el resto se compone de moneda extranjera y derechos frente al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Tras la Segunda Guerra Mundial y a raíz de los acuerdos de Bretton Woods, numerosos estados decidieron trasladar buena parte de sus reservas a EEUU ante el temor de una invasión soviética. Alemania, dividida entre las potencias vencedoras, fue uno de ellos, a lo que se sumó que durante las décadas de los 50 y 60 algunos de sus socios le pagaban en el metal precioso sus elevados superávits comerciales, y este oro se quedaba en Londres o Nueva York como grandes centros financieros donde se comercia con divisas.

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