Granados dice haber dejado de ser racista tras pasar por la cárcel

Púnica

Granados dice haber dejado de ser racista tras pasar por la cárcel

El exconsejero de Justicia y supuesto líder de la Púnica reconoce que tenía "rechazo" frente a "determinado tipo de gente o razas" que ha logrado eliminar.

Francisco Granados

El que fuese número dos de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid ha tenido que pasar dos años y ocho meses en prisión preventiva para vencer sus escrúpulos raciales y sociales. El ex consejero de Justicia de la región madrileña, Francisco Granados, admite: “Yo reconozco que determinado tipo de gente, personas o razas… pues he tenido un cierto rechazo, algún prejuicio a convivir”, según ha afirmado hoy en una larga entrevista en Cadena Ser.

Para compensar el insólito nivel de racismo y clasismo del que fue responsable de la Justicia de una de las mayores Comunidades Autónomas del país, Granados confirma haber asumido la lección: “He aprendido a no tener tantos prejuicios”, explica, y narra cómo fue la vida de algunas de sus amistades forjadas en la cárcel: “Tengo un gran amigo de raza gitana al que quiero muchísimo que estuvo en la cárcel nueve meses por robar un raíl del tren de un solar y se le paró la furgoneta cuando iba el pobre con un primo suyo, con la mala suerte de que llegó la Guardia Civil. Este es un gran amigo que me ha ayudado mucho desde todos los puntos de vista, Manuel”.

“Lo tengo que reconocer. Es así. El pueblo gitano te puede causar un cierto rechazo, para qué nos vamos a engañar”, relata en la entrevista. Sobre otros amigos hechos en la cárcel de otras procedencias explica que también tiene “algún amigo colombiano que ya te puedes imaginar por qué está en prisión y un buen amigo de Moscú, un ruso. Su delito, el mismo, también drogas”, explica.

Considerado como el cabecilla de la trama de corrupción Púnica, Granados le saca el lado bueno a su paso por la cárcel porque “me ha cambiado para mejor y que soy mejor persona que cuando entré porque aprendes a ser más tolerante, aprendes a respetar otras culturas”. Y vuelven las declaraciones sorprendentes en boca de quien fuese un alto cargo público: “Te puedes imaginar la mezcolanza de razas, de nacionalidades que hay en una prisión en España hoy en día”, valora.

Y añade que otra de las realidades que ha conocido tras su paso por Estremera es “lo mal que funciona la Justicia en España, y tiene narices que lo diga yo, que he sido consejero de Justicia durante muchos años”, reconoce él mismo.

Según Granados, lo peor de estar en la cárcel -“que es una máquina de destruir personas, sin ninguna duda”- es “el linchamiento mediático”: “Yo he visto muy poca televisión y he escuchado muy poca radio porque me dolía mucho. Solo lo que me contaban y alguna cosa que veía cuando pasaba por el salón. Sobre todo porque no me reconocía en el personaje que se ha creado de mí”, ha lamentado.

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