El Gobierno de Gallardón contrató un servicio de información sobre la M30 por un millón de euros que acabó costando 11,3

Madrid Calle 30

El Gobierno de Gallardón contrató un servicio de información sobre la M30 por un millón de euros que acabó costando 11,3

Uno de los técnicos de Calle 30 reconoce que el modelo económico-financiero “está mal” y repleto de “errores”

Alberto Ruiz-Gallardón, exalcalde de Madrid

El jefe del departamento financiero de Madrid Calle 30, Jesús Jiménez Allen, ha calificado de «errores» las actuaciones que generaron sobrecostes indirectos en la M30, cifrados por el actual delegado económico del Ayuntamiento, Carlos Sánchez Mato, por importes de hasta 43 millones de euros en algunos servicios. Allen ha admitido que esto fue un resultado de un sistema económico-financiero que “está mal” como puede comprobar “cualquiera que sepa sumar”.

En la segunda sesión de la comisión de investigación en el consistorio sobre Madrid Calle 30, el técnico desde 2004 ha admitido pagos al socio privado, EMESA, fuera del contrato de mantenimiento, al tiempo que ha confirmado que en el modificado de 2007 se pidió un reequilibrio por parte del Ayuntamiento pasando de abonar 12 millones de mantenimiento a 23.

El Ayuntamiento, según la declaración de Allen, solicitó pagar por gastos de mantenimiento al socio privado 23 millones de euros anuales, en lugar de los 12 millones que venía pagando. “Pedimos que nos cobren más, que nos cobren el doble”, ironiza Sánchez Mato. “Pues sí”, admite el técnico. Sánchez Mato ha arremetido contra la «laxitud» de quien paga con el dinero de todos.

Sánchez Mato también ha querido preguntar por unos contratos de información ciudadana realizados durante las obras. «¿Quién soportaba ese gasto, pagamos a la empresa o lo hicimos a través de la contratista?”

Allen explica que “se formalizó un contrato marco con la empresa, si no recuerdo mal hubo tres o cuatro modificaciones en la medida en que se abrían tramos de obra, se iban poniendo casetas de obra, repartiendo folletos informativos, etc. El contrato establecía en qué formas se iban a pagar esas facturas y se repercutían a las constructoras”, explica Allen, que defiende no tener más datos.

El edil de Economía le informa entonces de que el contrato marco para informar a los ciudadanos de la obra estaba fijado en 1 millón de euros, pero se pagaron 11,3 millones por ese concepto.

El responsable financiero ha descrito como «error» el modelo económico-financiero de la empresa y, concretamente, que las inversiones se repartieran a lo largo de 20 años cobrando un 5,5% de interés aunque, en la práctica, dicho calendario de inversiones se amplía a más años por decisión de sus superiores, «que no han querido venir a la comisión», en palabras de Sánchez Mato.

Según el resumen de Sánchez Mato sobre las palabras del técnico: “El modelo económico-financiero repartimos las inversiones en 20 años, nos cobran el 5,5% de interés, pero a la hora de hacer las anualidades, en vez de poner las anualidades le ponemos más”. “Sí”, admite el técnico. “Y eso es el modelo económico-financiero elaborado por sus superiores que, por cierto, no han querido venir”, remacha el edil de Ahora Madrid.

«No se me ocurre otra cosa que no sea un error», ha contestado Jiménez Allen. El delegado ha contestado que ese sobrecoste se traduce en 43 millones de euros.

«¿Quién elaboró este modelo financiero que siempre pagamos los madrileños?». “Pues en 2005 el Ayuntamiento de Madrid, y en 2007 el Ayuntamiento con el socio privado, Ferrovial”, explica Allen.

Madrid Calle 30, cifras y gestión cuestionada

Según recuerda el consistorio, la Cámara de Cuentas ha cuestionado el modelo de gestión de Madrid Calle 30, argumentando que la privatización no viniera acompañada de los necesarios estudios técnicos, jurídicos y financieros.

Madrid Calle 30 está participada por el Ayuntamiento de Madrid, que tiene el 80% del capital, y por un socio privado, EMESA, que cuenta con el 20% restante. Se creó en 2004 y, a finales de ese año, el Pleno del Ayuntamiento acordó modificar la forma de gestión del servicio, que pasaba de directa a indirecta a través de una sociedad de economía mixta. En agosto de 2005 se adjudicó el concurso a favor de EMESA. Tras la concesión quedó establecido el modelo económico financiero que había que cumplir durante la vida del proyecto, hasta el año 2040.

En junio del año 2007 entró en vigor la modificación del contrato entre Madrid Calle 30 y el Ayuntamiento y, por ende, la modificación de los servicios a prestar por el socio privado y su remuneración. Dicho contrato modificado está siendo actualmente auditado y forma parte de la investigación de la Comisión.

El Ayuntamiento de Madrid destina anualmente cerca de 140 millones de euros a Madrid Calle 30 (única fuente anual de ingresos de la sociedad), de los cuales solo 28 millones aproximadamente, están consignados al mantenimiento y explotación de la infraestructura. El resto va al pago de intereses de la deuda, reparto de dividendos al socio privado, pago de IVA e impuestos de sociedades, si bien una porción revierte en el reparto de dividendos al Ayuntamiento de Madrid.

La sociedad se fundó inicialmente para construir los túneles de la M-30, de forma que el coste de estas grandes obras no computaron como deuda municipal. El objeto social y la actividad principal incluyen la gestión, explotación y mantenimiento, además de las obras de reforma y mejora, de la vía de circunvalación M-30 y sus infraestructuras y espacios relacionados. La sociedad ya no tiene deuda, subrogada en 2011 al Ayuntamiento, aunque sigue funcionando con el diseño mercantil inicial.

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