Francisco Granados ha salido con fuerza de prisión. El exconsejero de la Comunidad de Madrid no ha dudado en tachar a Ignacio González y a Cristina Cifuentes como los que tenían el control total de lo que sucedía en la región y en el PP de Madrid. Unas acusaciones que para la presidenta autonómica no son más que una “estrategia de defensa” por lo que no va a entrar “en dimes y diretes”.
Cifuentes ha asegurado que en las próximas fechas “va a ser un baile de unos y otros” de declaraciones. Por ello, la popular ha sentenciado que no va a entrar en ese juego: “Yo me tengo que dedicar a gobernar exclusivamente”. “No voy a hacer declaraciones de lo que digan unos, de lo que digan otros, de lo que digan personas que están cumpliendo prisión provisional ni de lo que digan personas que están con medidas cautelares ni en libertad condicional”, ha valorado.
De la misma manera, Cifuentes ha recalcado que “en absoluto” tiene preocupación alguna sobre lo que pueda decir Granados. De hecho, como ha recogido Europa Press, la conservado ha reiterado que está “muy tranquila y confiando en la acción de la justicia”. Mientras, la presidenta regional ha apuntado que su gobierno está trabajando para darle “la vuelta a esta Comunidad de Madrid en muchas cosas y la mayoría en positivo”, así como para combatir la corrupción y tratar “de recuperar la confianza de tantos votantes del PP que, como consecuencia de los casos de corrupción que ha habido en la Comunidad de Madrid, Púnica, Gürtel, ahora Lezo, han perdido la confianza en el PP”.
Respecto a su vinculación con la ‘operación Púnica’, Cifuentes ha matizado que lo que la UCO no la está investigando sino que ha señalado a “una adjudicación”. “Y en segundo lugar, y todavía más importante, ni el juez ni el fiscal han considerado pertinente y, por lo tanto, han desechado absolutamente relacionarme a mí con ningún caso de corrupción”, ha concluido.
