El Banco de España advierte de la “tendencia creciente” de la temporalidad

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El Banco de España advierte de la “tendencia creciente” de la temporalidad

La tasa de paro, aunque se ha reducido, se sitúa “aún muy por encima de la observada en la mayoría de países del área del euro”, señala la institución.

Trabajador trabajo paro

La temporalidad en el mercado laboral ha retomado “la tendencia creciente”, con unos flujos de salida desde esta modalidad de ocupación al paro aún por encima de los valores observados antes de la crisis. Esta es una de las conclusiones que recoge el Banco de España en su ‘Informe Anual 2016’, donde hace notar que esta evolución ha supuesto que la ratio de temporalidad ascienda hasta el 26,5% del total de asalariados, valor que supera en 4,5 puntos porcentuales el nivel mínimo alcanzado a principios de 2013, si bien es todavía muy inferior al alcanzado en 2007, al final de la anterior fase expansiva, cuando dicha ratio alcanzó el 31,6%.

Desde finales de 2013, señala el informe, la creación de puestos de trabajo temporales ha representado el 54% del total. En concreto, el crecimiento de esta modalidad de empleo alcanzó el 6,8% en 2016, 5 puntos porcentuales más que en el caso del indefinido, lo que refleja, a juicio de la institución que gobierna Luis María Linde, el mantenimiento de la pauta habitual en la economía española durante las recuperaciones cíclicas.

Por su parte, en términos de destrucción de empleo, el relativo al empleo indefinido habría vuelto ya a niveles muy similares a los observados antes de 2008, mientras que, por el contrario, la rotación laboral dentro del colectivo de trabajadores temporales se mantiene en cotas elevadas. En sentido opuesto, la contratación a tiempo parcial, que aumentó con intensidad en la fase más profunda de la crisis, ha mostrado un menor dinamismo desde 2014, siendo la ocupación a jornada completa la que explica la mayor parte de la creación de empleo desde finales de 2013.

Respecto a la tasa de paro, el informe destaca que, aunque se está reduciendo con rapidez, su nivel es todavía muy elevado. “En un contexto de leve descenso de la población activa, el fuerte ritmo de creación de puestos de trabajo permitió reducir la tasa de paro hasta el 18,75% en el primer trimestre de 2017, 8,2 puntos por debajo del máximo alcanzado a principios de 2013”, indica el estudio. No obstante, la cifra actual se sitúa aún muy por encima de la observada en la mayoría de países del área del euro.

En términos generales, el informe cita como principales factores que limitan el crecimiento a largo plazo de la economía española “el elevado componente estructural de la tasa de paro, el envejecimiento de la población y la baja productividad total”.

Baja productividad

Precisamente, la baja productividad es uno de los asuntos que más preocupa al Banco de España que apunta a varios factores que limitan su crecimiento. Uno de ellos es la “excesiva dualidad” en el mercado laboral, que “produce una elevada volatilidad de la contratación, lo que tiene efectos negativos sobre la productividad de los trabajadores tanto temporales, que se enfrentan a carreras laborales con una excesiva rotación, como indefinidos, que presentan una movilidad laboral demasiado reducida”.

Otro es la que se refiere a la formación de los trabajadores. La institución insta a mejorar el sistema educativo y a fomentar la acumulación de capital tecnológico. “Las cualificaciones académicas alcanzadas por la población son un determinante fundamental de la productividad de la economía. En este sentido, el porcentaje de población de entre 25 y 34 años con nivel de estudios inferior a la enseñanza secundaria completa es del 35% en España, frente al 17% en el promedio de países de la UE”, alerta.

Asimismo, el Banco de España insiste en que el Gobierno debe dedicar especial atención a reducir el paro de larga duración. “La incidencia del paro de muy larga duración, definido como aquella situación de desempleo que perdura más de dos años, es aún muy elevada (40% del total de parados). Estos datos muestran las dificultades de amplios colectivos de desempleados para beneficiarse de la fase de recuperación económica y el riesgo de que sean desplazados del mercado de trabajo de manera permanente”, indica en el informe.

Al respecto, recuerda que “existe margen para reforzar las políticas de orientación a los parados y concentrar los esquemas de bonificación a la contratación, prioritariamente en los colectivos con menor empleabilidad”. Por ello, “aconseja profundizar en el nuevo diseño de las políticas de orientación y acompañamiento de este tipo de desempleados, en línea con las actuaciones emprendidas en los últimos años, con el objetivo de aumentar la colaboración con el sector privado”.

Reducción de la pensión media

El informe también pone énfasis en la evolución demográfica, que “supone también un reto para el sistema público de pensiones” lo que “exige definir una estrategia para afrontarlo”. “La evolución demográfica presiona al alza a determinadas partidas de gasto público, como la sanidad, el cuidado de los mayores y, en particular, las pensiones”, advierte el Bando de España.

En este último caso, de acuerdo con las estimaciones del último informe sobre envejecimiento de la Comisión Europea, el aumento esperado en la tasa de dependencia, definida como el cociente entre el número de pensionistas y la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años), pasaría de en torno al 30% a algo más del 60 % entre 2015 y 2050, lo que, en ausencia de medidas compensatorias, supondría una significativa presión al alza sobre el gasto en este tipo de prestaciones sociales”, señala el documento.

Las reformas del sistema de pensiones introducidas en los últimos años, recuerda el informe, han afrontado este reto a través de, entre otras medidas, el retraso de la edad de jubilación, la definición de un factor de sostenibilidad que liga la pensión inicial al incremento de la esperanza de vida y la aprobación de un nuevo mecanismo que condiciona la revalorización anual de las pensiones al equilibrio entre los ingresos y los gastos del sistema, con unos topes máximos y mínimos.

Sin embargo, aunque estas reformas lograrían “contrarrestar el efecto del incremento esperado de la tasa de dependencia sobre el gasto en pensiones”, “sin incrementos adicionales de los ingresos, el mecanismo de ajuste previsto en la actual configuración del sistema se produciría principalmente a través de una disminución de la tasa de sustitución de las pensiones públicas, es decir, a través de reducciones de la pensión media con respecto al salario medio”.

En todo caso, el Banco de España considera “deseable que cualquier estrategia de reforma elegida aumente la transparencia del sistema, refuerce su contributividad, es decir, la relación entre las contribuciones y las prestaciones, y, en especial, mantenga un mecanismo de ajuste automático que garantice el equilibrio financiero”.

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