Los inversores pierden el miedo al populismo: compran más Bolsa y menos oro

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Los inversores pierden el miedo al populismo: compran más Bolsa y menos oro

La apuesta por Europa crece, la volatilidad baja y los valores refugio sufren un abultado éxodo inversor.

Urna electoral elecciones

El miedo de los inversores a la llamada política populista parece cosa del pasado. Reciente, pero pasado. La victoria de Macron en Francia ha liberado a los mercados de uno de sus mayores temores a corto plazo y son multitud los indicadores que hablan de un renovado sentimiento de calma entre los gestores de carteras.

Quizá el síntoma más relevante de este nuevo escenario es la drástica caída del índice VIX, el medidor por excelencia de la volatilidad de los mercados y más conocido como el índice del miedo de Wall Street. Su actual cotización marca las cotas más bajas de los últimos 24 años, según subraya Peter Garnry , responsable de estrategia en renta variable de Saxo Bank.

Mientras los índices europeos cotizan al alza y los estadounidenses siguen batiendo sus propios máximos históricos, el VIX sigue la senda inversa y certifica que la inestabilidad se ha corregido de forma casi repentina. Un sensible cambio de tendencia que los expertos atribuyen fundamentalmente al nuevo escenario político reinante.

En el Viejo Continente, los resultados electorales de Holanda y Francia han dado nuevos bríos al espíritu europeísta pese a la inesperada fractura del Brexit. Al otro lado del Atlántico, los primeros 100 días de Donald Trump en la Casa Blanca han demostrado que el magnate metido a político no dispone del respaldo necesario para implantar un modelo tan discrecional como había prometido en su campaña a la presidencia de la primera economía mundial.

A pesar de estas circunstancias y el acompañamiento de un más optimista cuadro macro, Garnry subraya que “vivimos en un alto estado de complacencia” que parece despreciar los retos más inmediatos como la activación del Brexit, cuya senda definitiva podría depender en gran medida del recuento que arrojen las próximas elecciones en Reino Unido. Sin olvidar la celebración de comicios en una Alemania que sigue estando al frente de Europa y el club comunitario.

Los metales preciosos pierden brillo

La pérdida del miedo entre los inversores ha venido motivada por un factor más, pues según subraya el experto de Saxo Bank, “la temporada de presentación de resultados del primer trimestre está contribuyendo al optimismo” con unos beneficios por acción que en Wall Street son hasta un 10% más gruesos que hace un año. En Europa, el dato más destacable en su opinión está en el aumento de ingresos por entre un 5% y un 6%.

Como un “bálsamo” que potencia la toma de posiciones en renta variable y activos de inversión de riesgo moderado, los valores refugio sufren un pronunciado éxodo inversor. Así lo señala Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas del banco de inversión danés.

El oro, activo refugio por excelencia, acumula ya tres semanas consecutivas en caída. Y la retirada no ha llegado a su fin, pues según el experto “las perspectivas a corto plazo son negativas” y prevé que así lo sigan siendo “mientras sigan subiendo las Bolsas”.

A lo largo del primer trimestre del año, el precioso metal remontó con fuerza en los mercados. Sin embargo, las derrotas de las posiciones políticas más extremas -con distinta lectura y calibre- en los últimos comicios celebrados en Europa han invertido el rumbo de su cotización. Hansen considera que el oro podría haber puesto rumbo hacia mínimos del pasado mes de marzo una vez perforado a la baja el soporte de los 1.300 dólares por onza.

El peso de Janet Yellen

Otro ingrediente más se suma al cóctel que ha convertido a muchos gestores e inversores particulares en una versión moderna del ‘Juan sin miedo’ de los hermanos Grimm: la progresiva subida de tipos de interés a la que apunta la Reserva Federal presidida aún por Janet Yellen a pesar de las amenazas de Trump de apearla del cargo. La posibilidad de que este mismo 14 de junio se produzca otra subida en el precio oficial del dólar presiona la cotización de los metales preciosos mientras que potencia la rentabilidad, y por tanto el atractivo, de otros activos refugio como el bono federal estadounidense a diez años, que ya cotiza a su nivel más alto de los últimos dos meses.

Un cúmulo de circunstancias que viene a alimentar un escenario previo donde, a pesar de la inestabilidad y el temor al populismo, ya miraba con decisión hacia los mercados bursátiles europeos. Antes incluso de celebrarse el careo definitivo entre los candidatos a la Presidencia de Francia, el vuelco de carteras desde Wall Street hacia las plazas europeas era ya uno de los más significativos de los últimos tiempos según los datos recogidos a escala global entre grandes gestoras de inversión por todo un gigante de las finanzas como Bank of America-Merrill Lynch.

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