El G7 se reúne este lunes y martes en Lucca, una bella localidad de la Toscana (Italia). Entre trigales y cipreses, los ministros de exteriores de Italia, Alemania, Francia, Reino Unido, Japón, Canadá y Estados Unidos debatirán sobre el futuro de Siria y del autodenominado Estado Islámico. A pesar del bello paraje, las consecuencias de las decisiones que se puedan tomar en esta reunión pueden ser dantescas: “una guerra real” contra Rusia.
Así lo asegura Moscú en un mensaje compartido en Twitter por la cuenta oficial de la Embajada rusa en Reino Unido. La oficina diplomática asegura que habrá “guerra real” si el G7 da un ultimátum al Kremlin para que rompa sus relaciones con Bashar al Assad.
Según medios británicos, el representante de las islas, Boris Johnson, tiene intención de presionar a sus homólogos del G7 para imponer sanciones a Rusia si no rompe con el líder sirio. Rex Tillerson (EEUU), Sigmar Gabriel (Alemania), Angelino Alfano (Italia), Jean Marc Ayraut (Francia), Fumio Kishida (Japón), Chrystia Freeland (Canadá) y Federica Mogherini (UE) debatirán la propuesta, con ciertos visos de que pueda salir adelante.
If G7 ultimatum to Russia brings us to real war,what is your trust in @realDonaldTrump as a wartime leader&@BorisJohnson as his lieutenant?
— Russian Embassy, UK (@RussianEmbassy) 9 de abril de 2017
Ante esta posibilidad, el Kremlin quiere elevar la presión. De hecho, durante la jornada de este domingo, el propio presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que si Estados Unidos volvía a realizar ataques aéreos sobre bases militares del Gobierno sirio, Rusia se vería obligada a responder, “y América sabe muy bien nuestra capacidad de respuesta”, asegura Putin.
Junto a Rusia se uniría Irán, que realizó un mensaje conjunto al líder ruso. A la espera de las decisiones que se tomen en la Toscana, la III Guerra Mundial parece menos lejana.
