Baches por los cuatro puntos cardinales

Desde el Malecón con...

Baches por los cuatro puntos cardinales

Conducir de noche o bajo la lluvia constituye un deporte de alto riesgo.

Cuba La Habana

Los cubanos solemos decir familiarmente que hemos caído en un “bache” al sumergirnos o tropezar sin previo aviso, en un problema o estado emocional que nos impide hacer bien lo de cada día. Y si lo hacemos por extrema voluntad, peor no se puede concebir. Los baches, huecos o agujeros en la vía pública son ya tan notorios, que en nuestras “autopistas” se le advierte mediante carteles a los conductores que disminuyan la velocidad por el mal estado de la carretera. Preferimos avisar del peligro que erradicarlo.

A tanto hemos llegado, que al turista se le informa que el seguro que debe pagar no cubrirá averías como un reventón de neumático causado por un filoso hueco en el pavimento.

Conducir de noche o bajo la lluvia constituye un deporte de alto riesgo. Curiosamente, poco se menciona en las causas de accidentalidad el mal estado por donde debemos circular.

Los responsables de este estado tan lastimoso, sean de nivel nacional como regional están exonerados de culpabilidad ante la rotura o accidente ocurrido en la ruta. En cambio, si el automovilista, por exceso de alcohol, arremete contra una desierta parada de autobús, la Ley le obliga a pagar cada kilo de cemento y hora de mano de obra en su reparación.

En Cuba son pocos los sitios donde se cobra el peaje que, en pura teoría, debe sufragar los costes de mantenimiento y otras necesidades. Hace un tiempo, conversando con el responsable del peaje a la entrada de Varadero y preguntarle las razones por las que no existían teléfonos de emergencia en el trayecto, el hombre no pudo menos que sonreír, tras aclarar que hasta el último centavo recaudado iba directamente para La Habana. “Ni para un bombillo de una caseta podemos disponer”, confesó en ese entonces.

Son estos y otros más, los “baches” que a diario debemos enfrentar sea con las manos en el timón o en una gestión administrativa con uno de los tantos burócratas que circulan por nuestras dependencias estatales.

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