La polémica conversación del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz junto al antiguo director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, ha aterrizado en el Congreso de los Diputados. La comisión de investigación del ‘caso Fernández Díaz’ ha vivido este miércoles una intensa jornada donde el popular ha querido trasladar un mensaje: él y su partido son las víctimas del conflicto al ser grabado en su propio despacho.
“Querían perjudicarme a mí y a mi partido político, esa es la única conspiración que ha habido aquí”. De esta manera, Fernández Díaz se ha defendido en la Cámara Baja, tal y como ha recogido Europa Press. Y es que el exministro se ha presentado como una víctima de la grabación realizada en su puesto de trabajo en octubre de 2014, por lo que espera de dicha comisión que se aclare quién y por qué grabó su conversación con De Alfonso, así como que se explique para qué se filtró a la prensa.
Sin embargo, el político del Partido Popular tiene ciertas sospechas: “Tengo una idea”. A pesar de ello, ha manifestado que no relatará a los diputados por dónde van sus tiros y que no conoce a ciencia cierta quién le grabó. “En una comisión de investigación uno no está para dar opiniones. Si no tengo pruebas, sería irresponsable decirlo”, ha sentenciado Fernández Díaz, aunque no ha descartado “a nadie” salvo, “por sentido común”, a De Alfonso.
En cambio, sí tiene más seguro el objetivo de la grabación: “Querían perjudicarme a mí y a mi partido político, esa es la única conspiración que ha habido aquí. Crear una comisión de investigación por unas conversaciones ilícitas y descontextualizadas y guardadas durante 20 meses, tenían una intención clara de afectar el resultado electoral”.
De la misma manera, Fernández Díaz ha aseverado ante los parlamentarios que se reunió únicamente dos veces con De Alfonso: el 2 y el 16 de octubre de 2014. Y siempre a petición del que era entonces el director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino. Aun así, el exministro del Interior ha reprochado la acusación de perseguir a rivales políticos: “Pretender que en España, no en Corea del Norte, se espía a otros partidos políticos, yo no lo entiendo”.
