Aquel día primaveral del año pasado, los británicos aprobaban por mayoría la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Su adhesión y su apego a los valores comunitarios nunca fueron totales, sin embargo, el referéndum planteado por David Cameron supuso un estímulo para aquellos que – hasta ese momento eran minoría – quisieron vertebrar un discurso excluyente.
Nigel Farage fue el primer racista en obtener una victoria electoral en esta ‘nueva’ Europa. Su rechazo a formar parte de la UE fue una oportunidad para ganar notoriedad – eran un partido (UKIP) minoritario – y erigirse como opositor al por entonces primer ministro, David Cameron.
Las consecuencias nunca se supieron. Tampoco ahora. Las portadas de los medios británicos así lo reflejan.