La cuestión catalana, pendiente de la primarias del PSOE

Detrás de la cortina

La cuestión catalana, pendiente de la primarias del PSOE

Algunos columnistas ya especulan con acuerdo entre Madrid y Barcelona.

Eduardo Madina, diputado del PSOE

Ya circulan por ahí algunos esquemas de resolución del problema ‘catalán’ que habrían salido del propio entorno del Gobierno, según aseguran los conspiradores de guardia, como siempre sin pruebas y avanzan algunos columnistas de la prensa digital que venden la idea tal que si hubiera sido hija de su propia cosecha y de unas cuantas, y bien sesudas, reflexiones. Y sí, lo mismo que en la carta a los reyes sobre este asunto, supuestamente escrita por Eduardo Madina para Susana Díaz, se trataría de reformar el estatuto hasta el límite mismo que, en teoría, permitiera la constitución y luego dejar que los catalanes lo votaran. Vaya, lo mismo que ya se hizo en 2006, con los lamentables resultados que todos ustedes conocen. Aunque con una curiosa salvedad: esta vez, sí el texto catalán superase los límites de la Carta Magna, sí que se podría amagar una y convocar luego una consulta en todo el Estado español, para ver si se aprueba o no.

Eso, o una consulta no vinculante, pero esta vez convocada por el Estado y no por la Generalitat, con una pregunta simple, doble o triple, que pudiera prever la posibilidad de que Cataluña se independizará, no lo hiciera o bien, se pusiera en marcha el proceso de reforma estatutaria narrado en el párrafo anterior. Así que, a lo mejor es verdad que algo se mueve. Y también que los ‘indepes’ han descartado, aunque no lo digan, la vía unilateral y están abiertos a otra cosa. Más que nada por que su 49% se convierte casi en un 80%, cuando se abandona la vía unilateral y se opta por la idea de propiciar una consulta pactada. Pero lo mismo estamos otra vez sólo ante los deseos ingenuos de algunos políticos, como el mismísimo Mariano Rajoy, que parecen querer que después de una década de marear la perdiz e incitar el sentimiento antiespañol, y el anticatalán, por todas las esquinas, aún es posible hacer un ‘reset’.

La solución, por cierto, siempre según dicen, sería muy del agrado del PNV actual, que se ha moderado, va a lo práctico y no quiere volver a tropezar con la piedra de la independencia. Ni falta que le hace. La aritmética política le viene bien y el pacto que ha forjado en Euskadi puede valer para todo el estado, Más que nada porque al final los nacionalistas han tenido que hacerle sitio al PP para cuadrar los números, con la aquiescencia de los socialistas de allí que por eso se habrían bajado del carro de Pedro Sánchez y habrían sacado a pasear a un Patxi López que aspira a robarle unos cuantos votos al antiguo secretario general del PSOE para que todos estos maravillosos planes no acaben en el baúl de los recuerdos por culpa de una inesperada victoria de la ‘bestia negra’ de la ‘trama’, que, de momento no sería Pablo Iglesias, como de costumbre, si no ese político guaperas que, según Díaz, “no servía, pero les servía”.

Va ser una pena que un escenario político tan bello y brillante se vea enturbiado por la dura y persistente realidad. Para empezar, pase lo que pase en las primarias socialistas, que ganará Díaz, según quienes entienden de estas cosas, por muchas trampas que sus alegres muchachos tengan que hacer para que así sea, el PSOE no va a remontar el vuelo. Mucho menos, desde luego, si se aviene a las componendas narradas en los párrafos anteriores y que, tantos conspiradores de la Villa y Corte, dan por ciertas desde hace tiempo. El PSOE de Díaz tiene como principal problema la existencia del PSOE de Sánchez que no desaparecerá como por encanto tras la anunciada victoria de la lideresa. Al contrario, lo probable es que el partido quede al final aún más roto de lo que está ahora y que sea incluso menos atractivo de lo que ya es para los menores de 35 años. Esos votantes jóvenes y urbanos que no quieren saber nada de los ‘viejos políticos’ y a quienes Felipe González y Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono y Alfredo Pérez Rubalcaba y Carmén Chacón, les parecen una pandilla de marcianos responsables a partes iguales del definitivo derrumbe del sueño socialdemocráta. Mas que nada porque en sus respectivos reinados partidistas se supo que en el partido de los ‘cien años de honradez’ había corrupción a espuertas como la que, al parecer, había en Filesa o la que se le supuso a aquel simpático jefe de la Guardia Civil que se llamó Luis Roldán, o no se llegó a saber nunca porque un Gobierno del PSOE se la jugaba para arreglar los desperfectos provocados por el PP en Caja Madrid y Bancaja, o porque se podía reformar la constitución en tres minutos para que fuera más importante pagar la deuda que alimentar a la población del país.

Con semejante desfile de ‘zombies’ bajo sospecha parece difícil que Díaz pueda, o ni siquiera desee reanimar al cádaver. Bien es verdad que en la fiesta faltan también invitados como Tony Blair o Gerhard Schröder. Y, por supuesto Hillary Clinton, Mateo Rienzi, Fraçois Hollande y demás expertos en triunfar en las urnas. Lástima que la chavalería engañada prefiera a vejetes como Jeremy Corbin o Bernie Sanders dos tipos que sí son incapaces de perder las elecciones, según se dice, a pesar de que, por ahora no han concurrido a ninguna. Y ese es, por lo visto, el pecado de Pedro Sánchez, vender humo y no dedicarse a hacer política responsable, abducido como esta por esos ‘podemitas’, obsesionados por la trama.

Pero cuando acaben con Sánchez aparecerá otro. Dentro o fuera del viejo partido del puño y la rosa. Resulta inevitable. Alguien debería tomar en cuenta la escasez, casi la ausencia de militantes socialistas o afiliados y delegados a sindicatos menores de 45 años. Y empezar a tomar nota. Las recetas que convirtieron en una suerte de estafa a la ideología socialdemócrata, en la que por caber caben hasta tipos tan impresentables como Jeroen Dijsselbloem, ese holandés, cuyo partido también ha demostrado no hace mucho lo fuerte que puede llegar a ser en la urnas.

Sin embargo, eso, sí pasa pasará después. Y sólo en el mundo amargo de esos pesimistas que no se han enterado que las ideas de izquierdas son cosa del pasado y de que este, como decía el Cándido de Voltaire, es el mejor de los mundos posibles. Más vale que nos olvidemos de escenarios futuros negros como el tizón y que nos demos cuenta todos de que lo único que hace falta para que sol brille sin descanso en España es que se produzca de una vez por todas el necesario triunfo de Susana Díaz en las primarias. Ese bálsamo de fierabrás que lo va a arreglar todo en este país, y que, por encima de todo, va a permitir al PP terminar la legislatura y a Rajoy seguir presumiendo por Europa de que tiene un Gobierno estable sin necesidad de tener que convocar esas elecciones que el PSOE quiso evitar con tanto ahínco que su ‘barones’ y miembros de la galería de notables fueron capaces de defenestrar a un secretario general para lograrlo.

Así que ya lo saben. Sobre todo esos socialistas catalanes que aún no se han dado por enterados de la buena nueva. Si no se resuelve en dos o tres meses la cuestión catalana. Será también será por culpa de ese empecinado Pedro Sánchez que, en el pecado llevó la penitencia se empeño en pactar con Podemos para devolver al PSOE las cuotas de poder regional perdido cuando todo se arregla mejor entre amigos y el apaño se podía haber hecho con el PP, o eso dicen ‘sotto voce’ algunos tertulianos que presume de estar siempre bien informados. Lo que nadie sabe, por lo visto, sin embargo, es en qué líos anda metido ahora el ex número dos de Podemos. El derrotada Iñigo Errejón que parece haber desaparecido del mapa. Mal asunto, por lo visto. A ver si se le va a ocurrir reaparecer justo cuando Díaz haya ganado las primarias y quizá medio partido socialista se plantee buscar acomodo en otra parte.

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