Vistalegre II. El Retorno

Vistalegre II

Vistalegre II. El Retorno

Vistalegre II

Ya en los comienzos, con las primarias europeas, la horizontalidad fue discutida. Este fin de semana se interpreta una obra de teatro satírica digna del mismísimo Valle Inclán, adaptada a los nuevos tiempos y granhermanizada: Vistalegre II, El Retorno. Podremos ver en tiempo real al vencedor de una encarnizada lucha familiar por hacerse con el poder la horizontalidad, sin discutir las ideas en esa “asamblea” porque ¿pa’ qué?
 
La segunda parte de una saga guionizada y protagonizada por las mismas 30 personas de las que ahora una parte airada tacha sus cara de las fotos que protagonizaban en aquel momento, para así escenificar lo doloroso que es sufrir las purgas ideadas por ellos mismos, lo complicado que es ser plural con un sistema vertical sin separación de poderes que ellos idearon, y recuperar la esencia 15M que ellos mismos aniquilaron, donde los conceptos de empoderación, herramienta ciudadana y transversalidad sólo existieron mientras no había sillones en juego.
 
Porque Podemos nunca ha sido horizontal y desde su más tierna infancia ha funcionado a golpe de plató de televisión y purgas.

Lo complicado que es ser plural con un sistema vertical sin separación de poderes que ellos idearon, y recuperar la esencia 15M que ellos mismos aniquilaron

Ya en los comienzos, con las primarias europeas, la horizontalidad fue discutida. Pablo Iglesias, fundador del movimiento y uno de los pocos portavoces oficiales de Podemos, hizo campaña por cinco nombres. Aunque no disgustó la lista resultante, no gustó a una parte de las bases que la organización perdiera la neutralidad y el proceso no fuera justo, influenciando el voto de muchas personas gracias a ese altavoz que le daban los platós, como así fue. Personas como Lola Sánchez o Pablo Echenique se convirtieron en eurodiputados, personas que tenían grandes currículums que avalaban entrar en la lista de las europeas, pero que de no haber contado con ese empujón posiblemente no habrían conseguido estar en el top 5 de esas votaciones. Como estrategia política, eso sí, fue perfecta, ya que se anuló en gran parte a la primera corriente organizada, IA, que sólo sacó dos representantes: Miguel Urbán y Teresa Rodríguez.
 
También hubo quejas por aquel primer logo con la cara de Pablo Iglesias y que tan efectivo como se vió resultó después, pero que de nuevo se decidió de una manera completamente vertical, sin contar en ningún momento con los círculos. Nada más empezar se pervertía la horizontalidad, aunque aún estábamos lejos de ver realmente lo que era pervertir un sistema horizontal. Reputados doctores en ciencias políticas darían magistrales clases prácticas al respecto.
 
Ya en aquella época existían corrientes, que no habiendo sillones en juego eran menos evidentes: La corriente IA, ya mencionada, y la corriente UCM (germen de Claro Que Podemos). Estas corrientes se dedicaban en aquel momento a reventar asambleas de círculos (cuando los círculos aún eran algo) y controlar vía horizontalidad mal entendida (movilizando personas ajenas a esos círculos para tirar abajo decisiones alternativas a las suyas) la organización. Aquí, de nuevo, había ya algunas de las caras que recientemente nos han brindado grandilocuentes artículos dónde dan lecciones de horizontalidad, honradez y responsabilidad a base de hachazos al colega. Pero bueno, aunque fueran perversiones del sistema asambleario, al menos era asambleario.
 
Aquel Podemos inicial era un Edén de horizontalidad a comparación de lo que vendría después, cuando un partido desconocido y compuesto por no más de un millar de personas en toda España sacara 5 escaños. Empezaba el desembarco de Normandía. Los arribistas irrumpirían en Podemos de la mano promotora.
 

España no es esa sociedad idílica y concienciada que los cándidos anónimos surgidos del 15M creíamos haber alcanzado

Según el nuevo relato dado de Podemos, ese número se ha ido reduciendo de esos cientos o miles que daban al principio, a los 30 que conformarían luego la lista de Vistalegre. Se pasaba de un movimiento de muchos, a un movimiento de unos pocos.
 
Porque además, en parte tenían razón. No fue ese millar de personas la que consiguió tal triunfo, como ya dejó claro Juan Carlos Monedero semanas después de los resultados en una de aquellas asambleas de la Comunidad de Madrid con representación de todos los círculos y que hoy en día serían impensables: El triunfo fue gracias a los platós y a los tertulianos, él entre ellos, que habían vendido Podemos, porque las bases no eramos más que simple extras pega carteles de una preciosa campaña de Marketing. Son grandes politólogos y como tales tenían muy claro que la sociedad española, por mucho 15M previo, seguía anclada en la España de Valle-Inclán y del Lazarillo, de los caciques y la picaresca. España no es esa sociedad idílica y concienciada que los cándidos anónimos surgidos del 15M creíamos haber alcanzado. España sigue votando caras, sigue votando vendedores de humo 2.0.
 
Así que una vez vendida la esencia 15M, tocaba recoger los bártulos y empezar a colocar, unos y otros, a todos las piezas de sus ajedreces particulares. Se creó una obra de teatro que representaba la horizontalidad y dónde los que ya tenían los altavoces copados desde las europeas no los cedieron a otras opciones.
 
Se crearon unos estatutos donde Errejón fue el máximo hacedor y que hacían a los del PSOE horizontales. La razón esgrimida por parte del equipo Claro Que Podemos para esta verticalidad era la coyuntura electoral, la cual requería, según ellos, de este tipo de métodos de vieja política. Se introdujo el concepto “lista plancha” con el que se institucionalizaba como medida democrática la notoriedad televisiva y los equipos de amiguetes. Para acallar a los círculos se prometió una cuota representativa por territorios, algo mas proporcional y justa, que finalmente se redujo a unos pocos y, como no, amigos. Muchas personas adquirían cargos orgánicos gracias al sello de CQP, sin saberse muy bien quienes eran aparte de gente de “confianza”.
 
Surgió una propuesta alternativa, la de IA y Echenique, más transversal pero con menos difusión al no tener ningún tertuliano en La Sexta Noche. También se presentaron una veintena más de propuestas, a las que nunca se les dio espacio dónde poder explicarse, con una sociedad en la que es inviable la existencia de votantes que puedan dedicar tantas horas de su tiempo a leer todos los documentos presentados, por activos que sean. La fórmula, como era lógico, arrasó.
 
Y vinieron las elecciones de los órganos autonómicos, provinciales y municipales. Aquí no había caras conocidas suficientes para distribuir por todo el país, así que se ideó la fórmula de “avalar” candidaturas. El spam de Pablo en las europeas se oficializaba, poniéndose sellos CQP en candidaturas por el simple hecho de conocer a alguien de central. Todo esto, por cierto, organizado por Errejón y su gente, mientras Pablo estaba en Bruselas, argumentando que era la forma de frenar arribistas. Ironías de la vieja política, La Primera Purga fue organizada por los que luego serían purgados. Entre tanto proceso de elección interno, comenzaron las primeras bajas en los círculos, que veían que no se hacía ninguna política real en sus ámbitos de acción, al estar siempre centrados en luchas internas por puestos.
 
A diferencia de lo que Errejón esgrimía, fueron muchos los arribistas que entraron en esas “listas plancha”, personas acostumbradas a nadar entre el fango de la vieja política y que escalaron rápidamente como siempre se hace en España: peloteando e idolatrando. Otros fueron todavía más listos y simplemente esperaron a conseguir un sillón en Podemos sin ni siquiera ser de Podemos.
 
Se idearon las Candidaturas de Unidad Popular, el envite de Pablo Iglesias para frenar el poder de Iñigo y su gente. Era una forma fina de meter dentro de Podemos personas de otras organizaciones que no querían pasar por las primarias de Podemos y perder el poder que tenían en sus propios partidos. Con ello llegó el asalto a los cielos de aquellos que durante 40 años no han sido capaces jamás de dar una respuesta al descontento de la ciudadanía, preocupados más en sus luchas internas por el poder que por la clase obrera que dicen representar.

Ojala que por una vez, los politólogos se equivoquen, pero no será en Vistalegre II

Con sillones copados ya por la gente de Claro Que Podemos y amigos arribistas de otras organizaciones. Con una estructura vertical fundamentada en la tradicional metodología española del enchufe, los pocos que sobrevivieron a esas cribas fueron denostados y silenciados. Poco importada que por estatutos los Consejos Ciudadanos municipales fueran los órganos de decisión territorial, sistemáticamente se saltaban sus decisiones cuando convenía con argucias como dar al grupo parlamentario autonomía propia sin responder a organización, aunque en otros casos donde sonaban teléfonos si se hacía. Se apoyaba y cedía la marca Podemos a gente que no había firmado el código ético de Podemos y que incluso habían sido denunciados por los órganos competentes de Podemos en el territorio de no ser candidaturas del cambio. Lo único que importaba era vender Podemos como marca del cambio en los ayuntamientos, aunque no fuera Podemos. Los códigos éticos y los estatutos ya tal.
 
Este proceso de auténtico desgaste, perpetrado por toda la organización y ahora supuestamente dividida en dos, terminó de minar la ilusión de la inmensa mayoría de personas desinteresadas que quedaban, en una larga sangría que vació los consejos ciudadanos no adscritos a corrientes y a los círculos, los únicos espacios asamblearios que quedaban en Podemos, pero con nula capacidad ya de tomar cualquier decisión.
 
Pasados tres años y un ciclo completo electoral, ya son muchos los que tienen sueldos públicos, y otros tantos los que cobran del propio partido. Ya hay una gran masa de cargos que han profesionalizado la política y que priman su sustento (cosa muy humana en este sistema capitalista por otra parte) al de la ciudadanía que representan. Eso no sería malo si no fuera porque la inmensa mayoría de ellos han conseguido esos puestos aplicando las técnicas de la vieja política y las dinámicas más perniciosas del sistema injusto en el que vivimos, auspiciadas por unos estatutos verticales que las favorecen.
 
Es por eso que las luchas de intereses personales ahora visibilizan lo que antes se ocultaba. No importa ya la imagen, sólo el poder. Los que antes eran amigos ahora se dan navajazos dialécticos.  Los que antes eran enemigos y quedaron tocados, ahora son amigos inseparables por pura supervivencia. Es el eterno retorno por el trepismo. Se puede ver a IA caminando junto Pablo, pero a ratos por separado, y a Errejón matándose a muerte con Pablo, pero sin discutirle la secretaría. Todo esto mientras IU hace y deshace desde fuera gracias a su fuerza en los ayuntamientos, pero quejándose cuando Podemos quiere discutir su relación con ellos. Y este proceso de descomposición que ya todo el mundo huele, seguirá avanzando, como una gangrena, y pudrirá a Podemos como ya hizo con el PSOE décadas atrás.
 
Y todo esto mientras los votantes asisten absortos el espectáculo, preguntándose por qué la izquierda siempre acaba a golpes, por qué nunca funcionan ideologías basadas en la igualdad de derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas, cuando éstas son aplicadas con los valores capitalistas de la competencia y la ley del más fuerte.
 
Y como estas dinámicas capitalistas las tenemos todos metidas hasta la médula, no intentaremos buscar una alternativa, crear otra herramienta ciudadana que aprenda de los errores vividos en esta versión beta fallida que es ya Podemos. Y en las próximas elecciones, como siempre, volveremos a ir a votar tapándonos la nariz, y no votaremos el mejor proyecto, sino el menos malo. Y todos ellos lo saben, rojos, naranjas, verdes, azules, y ya morados, y por eso ya nos le importa el decoro y la imagen que puedan dar. Y por eso Podemos ya ni disimula que jamás fue una herramienta horizontal nacida del 15M.
 
Ojala que por una vez, los politólogos se equivoquen, pero no será en Vistalegre II.

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