La SOPA resucita el negocio de los videoclubs virtuales

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La SOPA resucita el negocio de los videoclubs virtuales

La creciente popularidad de Internet puso fin a los videoclubs tradicionales, al favorecer el acceso a las películas de manera más inmediata y a domicilio, aunque no siempre legal. Ahora, gracias a las recientes leyes de propiedad intelectual, de las que la SOPA (Stop Online Piracy Act) es el mejor ejemplo, y después de la desaparición de Megaupload, los videoclubs relanzan su negocio en versión digital.

El mayor exponente de este cambio de tendencia es Netflix, que desde el 31 de diciembre hasta hoy, ha incrementado su valor en Bolsa un 76%, desde los 69 dólares hasta los 122. Aunque otras empresas han decidido aprovechar el nuevo impulso a este tipo de servicios lanzando sus propias plataformas; este es el caso del SundayTV de Telefónica, un videoclub virtual por el momento sólo disponible en Latinoamérica.

Según la firma de análisis IHS Screen Digest, este año se duplicará la cantidad de películas vistas online, en vez de en DVD o Blu-ray: A lo largo de 2012 se verán a través de Internet 3.400 millones de títulos, frente a los 1.400 millones de 2011.

Sin embargo, sólo el 1,3% del total de películas vistas en Internet corresponden a compras online; los servicios de Netflix, Hulu y Amazon Prime, combinados, suman un 94%, lo cual dejará sólo un 4,7% para el resto de compañías dedicadas a este sector, que están viviendo un repunte en sus negocios.

Netflix, que tiene acuerdos con diferentes estudios para reproducir sus creaciones en streaming, cuenta con una audiencia de más de 24 millones de suscriptores. Si bien la SOPA y otras leyes antipiratería han logrado impulsar los modelos de consumo de vídeo legales, como es el caso, lo cierto es que esta solución tampoco es del agrado de los estudios; en términos de beneficios, las suscripciones no son tan rentables como las ventas de DVD.

Las tiendas y servicios online acumulan el 57% del consumo de películas, pero sólo el 12% del beneficio. Los usuarios pagan 51 centavos de media por película online frente a los 4,72 dólares del formato físico, según IHS.

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