Cuba paga a toda velocidad

Desde el Malecón con...

Cuba paga a toda velocidad

Cuba

Las autoridades cubanas han tomado nota de ello ante los proverbiales impagos históricos para iniciar una etapa de obligada seriedad en cumplir sus compromisos financieros internacionales al decidir pagar antes de tiempo. “Cría fama y acuéstate a dormir” es uno de los refranes más socorridos entre los que hablamos esta enjundiosa lengua de Cervantes y Saavedra. Y parece que las autoridades cubanas han tomado nota de ello ante los proverbiales impagos históricos para iniciar una etapa de obligada seriedad en cumplir sus compromisos financieros internacionales al decidir pagar antes de tiempo. 
 
Llevado al argot popular y apoyándose en un famoso estribillo de antes de 1959, fecha de inicio de la revolución de Fidel Castro, que hizo historia gracias a la aún hoy muy popular orquesta Aragón, el aquello de “toma chocolate, paga lo que debes” también le ha sido aplicado a La Habana para honrar las obligaciones de cara al Club de París. 
 
Al parecer, no hubo una varita mágica en esta sorpresa ni una “mano amiga” que prestara la pasta para cumplir con el Club, sino una reconsideración del pago a empresas extranjeras presentes en la isla que debieron aceptar a regañadientes la elaboración de un nuevo contrato a pagar en el 2017 y no en este que termina, amén de un sustancial recorte de las compras para el venidero año, que apunta a un recrudecimiento en los almacenes lo mismo para adquirir la mitad de un pollo, tal cual medicamento, manjúas de Turquía o un florero de plástico imitación de fina porcelana china. 
 
A pesar de tan adversa coyuntura, se está pagando, y otro ”San Benito” también se hace sentir: las demoras en dar una respuesta al inversor potencial. Lo ha dicho Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera durante la Feria internacional de Comercio cuando corroboró que “uno de los problemas que tenemos, y lo reconocemos, es la lentitud en las negociaciones, las empresas extranjeras a veces se quejan y con razón (…) Insisto que no estamos avanzando al ritmo que queremos”. 
 
Vamos, que la orquesta toca salsa y estamos bailando un tango.

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