El senado brasileño destituye a Rousseff por mayor margen del previsto

El senado brasileño destituye a Rousseff por mayor margen del previsto

Dilma Rousseff, presidenta electa de Brasil

61 senadores de los 81 de la Cámara Alta se han manifestado a favor de apartar definitivamente a la presidenta del cargo para el que fue elegida. El proceso de impeachment o de destitución definitiva contra la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, ha llegado por fin a su desenlace, después de más de ocho meses de intrigas. Y lo ha hecho con una relativa sorpresa.

No tanto por el resultado, sino por el margen con que se ha producido. Así, 61 senadores de los 81 que componen la Cámara Alta brasileña se han manifestado a favor de cesar a la presidenta del cargo por el que fue elegida por 54 millones de brasileños en las elecciones de 2014.

Y precisamente eran 54 los senadores necesarios para apartarla de su cargo ya como decisión en firme. Una cifra que ya se había visto superada en las votaciones anteriores que fueron jalonando el proceso hasta llegar a la definitiva que hoy ha tenido lugar; pero nunca con tan amplio margen.

De hecho, el pasado 9 de agosto el pleno aprobó con una clara mayoría la celebración del juicio político a la presidenta que hoy se ha concretado con este resultado; pero entonces fueron 59 votos contra 21. Y un sondeo posterior publicado por el diario O Estado de S.Paulo, señalaba que en estos últimos días eran ya tan solo 53 los senadores que reconocían que votarían en contra de Rousseff.

Bien es cierto que nueve no habían dado a conocer su posición y se mostraban indecisos en dicho sondeo; pero las especulaciones apuntaban a que el poderoso alegato del lunes de Rousseff podía estar haciendo mella en la decisión final sobre unas votaciones que los diputados brasileños sabían que quedarán registradas para la Historia. Y también, el trabajo en la sombra de Luiz Inácio Lula da Silva.

El expresidente brasileño, que acompañó a Rousseff durante gran parte de su declaración en la jornada del lunes, se ausentó durante la tarde con el propósito de poner todo su capital político a pleno rendimiento. Así, Lula intentó movilizar en esas horas esos votos indecisos para evitar la destitución de su sucesora.

Pero, por lo visto hoy; por una vez, con escaso o nulo éxito. Quizá estemos así ante una señal premonitaria, si como ha asegurado el propio expresidente, el verdadero objetivo de toda esta operación es evitar que él pueda volver a presentarse a las elecciones de 2018 mediante la ilegalización del Partido de los Trabajadores (PT).

Una operación para la que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal fuerza de la oposición, ya habría comenzado a moverse al presentar «una propuesta de cancelación de registro con el objetivo de prohibir su existencia (la del PT)». Todo ello, según la versión que ha relatado Lula en la carta que envío a otros líderes regionales en su búsqueda de alianzas.

Por su parte, tras conocerse la decisión, Rousseff ha vuelto a asegurar que está siendo víctima de un golpe de Estado. De esta forma, ha vuelto a evocar los desafíos que tuvo que afrontar en su vida como cuando fue encarcelada y torturada por la dictadura militar y ha señalado: «Nunca pensé que tendría que volver a luchar contra un golpe de Estado en nuestro país».

Así, lo único cierto es que el relevo lo tomará definitivamente Michel Temer, quien ya ha sustituido a Rousseff como presidente desde su suspensión en mayo, y permanecerá así al frente del Gobierno brasileño hasta finales de 2018… O no.

Y es que en la misma declaración, Rousseff se ha reafirmado en una idea que ya había dejado entrever con anterioridad a conocerse la decisión definitiva de la Cámara brasileña. «En nombre de todo el pueblo de mi país, voy a luchar con todos los instrumentos legales de que dispongo para ejercer mi mandato hasta el fin, hasta el día 31 de diciembre de 2018», ha señalado esta tarde.

De esta forma, la ya expresidenta recurrirá al Tribunal Supremo Federal. Un paso que ya señaló en su respuesta del lunes al senador Aloysio Nunes Ferreira (PSDB) quien le había preguntado sobre los motivos por los que no había explorado esa vía si estaba convencida de ser víctima de una injusticia: “No recurro al Supremo ahora porque no agoté esta instancia -en referencia al Senado-. Vine aquí porque respeto esta institución. Hoy no está siendo cómplice con el golpe, lo haría en el momento en que dicte sentencia”, señaló Rousseff.

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