Esos huracanes que vienen

Desde el Malecón con...

Esos huracanes que vienen

Cuba ha sido reconocida por organismos internacionales como ejemplo de prevención a los desastres materiales y humanos. A partir de este uno de junio y hasta el 30 de noviembre estaremos oficialmente en temporada ciclónica. Como para darle la “bienvenida” a estas desgracias de las intensas aguas, los fuertes vientos y luego los derrumbes por el intenso sol que dilata las estructuras, ya se realizó en toda la isla el ejercicio Meteoro 2016. Cuba, como ningún otro país en esta área geográfica, donde ciclones y huracanes hacen de las suyas, ha sido reconocida por organismos internacionales como ejemplo de prevención a los desastres materiales y humanos.

El cubano, por regla general, no le teme a estos eventos tan devastadores quizás más que los propios terremotos, aunque este último es muy difícil de predecir, mientras que a los otros se les puede esperar con ventanas reforzadas, reservas de agua, una botella de ron, varias velas y lista la mesa con el dominó.

Por España deben andar algunos que fueron testigos de uno de ellos allá por los 90s del siglo pasado mientras estaban alojados en el recién estrenado hotel Meliá Cohiba. Poco antes de su puesta en marcha conversé con uno de los mandos mallorquines por mi preocupación a la cercanía de unos cien metros con el mar. Respondió que el sistema diseñado era de unas compuertas que no permitían la entrada del agua, que el principio era algo parecido, para que yo entendiera… al Titanic. Fin de la historia: en coches anfibios del ejército fueron rescatados los huéspedes cuando tuvimos en 1994 la llamada Tormenta del Siglo.

Para esta etapa aún los especialistas no han presentado sus pronósticos de cuántos nos azotarán pero sí los más entendidos aseguran que por los efectos del ENOS (El Niño/Oscilación del Sur) la actividad de los huracanes en el Atlántico no será sobresaliente.

A partir del uno, la Temporada Cuclónica y desde el dos de junio Iberia volando todos los días de la semana. Nada, que la isla está signada, como un poder celestial, para gentes audaces, temerarias y con visión de futuro que no se dejan asustar por tormentas de esta magnitud porque sus preocupaciones y ocupaciones son otras.

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