EEUU y la UE negocian a contrarreloj para salvar el TTIP antes del fin de la era Obama

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EEUU y la UE negocian a contrarreloj para salvar el TTIP antes del fin de la era Obama

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El presidente de la UE y el delegado de comercio estadounidense inciden en la necesidad de un acuerdo comercial en Occidente para enfrentar el poder chino. Washington y Bruselas luchan por recuperar el impulso de un acuerdo que parece tambalearse: Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, viajó ayer a París para defender la Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) ante una convención de alcaldes de Francia. El Gobierno galo es uno de los más reacios a firmar el acuerdo. Y su actitud ha empeorado tras las filtraciones que confirmaban las presiones estadounidenses para rebajar los estándares de protección al consumidor europeo y recortar la capacidad de legislar de los Ejecutivos nacionales.

“Creo que las negociaciones del TTIP pueden promover un acuerdo que beneficiará a la economía europea y a nuestros agricultores sin socavar las leyes”, defendió Juncker, según declaraciones recogidas por Financial Times.

Junto a Francia, un poderoso sector del socialismo alemán ha endurecido sus reticencias. Y Juncker ha pedido a los 28 que confirmen un acuerdo en la próxima cumbre europea de junio para “remar en la misma dirección”. La UE cuenta, no obstante, con el viento a favor de Italia y Gran Bretaña, más favorables al polémico tratado de libre comercio.

Por otro lado, el jefe de comercio exterior en la Administración Obama, Michael Froman, ha iniciado una gira europea en la que ha advertido de que no existe ‘plan B’ si las conversaciones no llegan a buen puerto antes de que acabe el año. Según el mismo medio, el dirigente estadounidense advirtió: “O trabajamos juntos para fijar las reglas mundiales o dejamos ese papel a otros”, apuntó, en clave de geopolítica global y en clara referencia a China, el fantasma que más agita el país norteamericano en los últimos meses para incidir en la necesidad de alcanzar un pacto.

El tiempo de mandato de Barack Obama se consume y funcionarios de ambos lados del Atlántico ven cerrarse las opciones para que el TTIP alcance un punto seguro antes del fin de 2016. Responsables europeos insisten en que es necesario acordar un texto consolidado antes del mes de julio, y evitar así que la renovación en la Casa Blanca deje al tratado a la deriva durante años.

Francia es el país más excéptico, y las últimas filtraciones promovidas por Greenpeace, incluyendo el rechazo de EEUU a respetar las denominaciones de origen de vinos, quesos y otros productos europeos, no han ayudado en absoluto. Mientras Juncker defendía el TTIP en París, el presidente galo, François Hollande, visitaba un centro de vinos en Burdeos para insistir en que Francia no sacrificará sus intereses para llegar a un acuerdo con EEUU, con especial atencion al campo de las denominaciones y la protección de los agricultores.

La preocupación de Hollande por los asuntos nacionales de cara a los comicios franceses levanta ampollas entre los funcionarios estadounidenses, que afean a Europa su falta de voluntad para asumir la necesidad de un acuerdo comercial entre EEUU y la UE ante el ascenso creciente del poder de China. No obstante, Obama espera un compromiso positivo de Europa a finales del mes de junio.

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