Marea Granate advierte de que el voto electrónico es “un falso remedio” para los emigrados

Voto rogado

Marea Granate advierte de que el voto electrónico es “un falso remedio” para los emigrados

Voto electrónico

El colectivo recuerda que países como Alemania o Noruega lo han descartado y pide a los partidos que cuenten con los afectados para reformar la ley electoral. La Red trasnacional de emigrantes del Estado español, conocida como Marea Granate, confía en que la comisión para investigar el voto rogado que se aprobó durante la fugaz legislatura pasada no quede «en agua de borrajas». Pero teme que los partidos que se comprometieron a revisar la participación exterior propongan “una reforma a puerta cerrada”, sin la participación, experiencia y necesidades de los verdaderos protagonistas: los emigrados.

El colectivo denuncia, en una carta abierta a los partidos, que “la falta de atención a la hora de estudiar las potenciales consecuencias de la implantación del voto rogado” es responsable de que la participación exterior haya caído un 85%, precisamente durante la llamada “fuga de cerebros” tras la crisis económica y ante el elevado desempleo.

“Su unilateral “solución” es, en esta ocasión, la implantación de un sistema de voto electrónico”, critica el colectivo. Marea Granate cree que se trata de “un falso remedio” al problema del voto exterior, que volverá a dejar sin votar a cientos de residentes en el extranjero si se cumple el pronóstico de esta plataforma. De cara al futuro, pide a los partidos “un gesto de responsabilidad política para evitar que se lancen de nuevo irreflexivamente a la imposición de un sistema que ha demostrado repetidamente su nula fiabilidad y auditabilidad”, y les envía una análisis sobre su viabilidad técnica y económica para fundamentar el descarte de esa solución.

“Los sistemas de voto electrónico han sido fundadamente rechazados por países como Alemania, Inglaterra o Noruega”, sostiene Marea Granate. Enumera como grandes obstáculos los problemas de accesibilidad, ataques a la integridad y secreto del voto, aspectos legales y económicos y, por último, una recopilación de fracasos del sistema en países de todo el globo.

Marea Granate continúa abogando por que los trámites consulares puedan ser realizados a distancia, “ya que son procedimientos más simples, con menores riesgos y con un interés menor en ser interferidos; al contrario que en un proceso electoral, donde la complejidad es enorme, los riesgos numerosos y los potenciales intereses de modificar el resultado evidentes”, pide el colectivo.

“La propuesta de un sistema de voto electrónico como solución estrella a nuestros problemas de participación política es un producto de marketing muy potente”, critica: “España entra en el futuro, en la vanguardia tecnológica”. Desde Marea Granate piden, sin embargo “soluciones reales a problemas reales”

Recuerdan que el término de voto electrónico es vago e incluye dos modalidades, “a cual más indeseable”. Por un lado, puede referirse a la sustitución de las urnas de cristal por urnas electrónicas (ordenadores) en los consulados, y que según Marea Granate se ha comprobado “desastroso” en otros páises. La otra posible categoría es aquella del voto por internet, es decir, emitido a través de la red desde cualquier dispositivo en propiedad del votante. “Aunque esto pueda resultar a primera vista una posibilidad teórica, con varios grupos de investigadores de diversas disciplinas trabajando en ella, esto no implica que sea factible en la práctica a día de hoy”.

Experciencias fracasadas

“Todo proceso electoral debe ser auditable públicamente, de forma que no quepa ninguna duda sobre el resultado final. Fue por este motivo, el sistema de voto electrónico fue declarado inconstitucional en Alemania en 2009”, recuerda la plataforma. Entre las experiencias fracasadas incluye las presidenciales en EEUU en 2004, una treintena de pruebas piloto en Reino Unido en 2008 o la implantación del voto electrónico en Argentina el año pasado. También hace referencia a procesos similares en India, Ucrania, Sudáfrica, Francia, Noruega o Israel.

Al final de un largo análisis sobre experiencias, obstáculos, retos tecnológicos, privacidad y rendición de cuentas que se puede leer aquí, la plataforma advierte de que “no todo lo nuevo es necesariamente bueno” a los partidos que se sentarán en la próxima cámara.

“En la era digital, determinados trámites son, para ventaja de los usuarios, procesables desde sistemas telemáticos, como el registro consular, la comunicación de cambio de domicilio o el propio ruego del voto. En estos procesos el interés particular de saboteo o intereferencia es mucho menor, y además el propio usuario tiene la posibilidad de comprobar que el procedimiento ha cumplido con su propósito (por ejemplo, llamando al consulado para comprobar que sus datos han sido correctamente recibidos)”, sostiene el análisis.

“El caso del voto electrónico es diferente por dos razones: primera, porque sí que existe un potencial y enorme interés por interferir en la voluntad y el propósito del proceso (cambiar el resultado electoral modificando los votos de quienes lo ejercen) y segunda, porque no existe la posibilidad de comprobar que el proceso ha cumplido su función (el voto emitido y escrutado coinciden y son el deseado)” alerta el colectivo.

Además, avisa de que el grado de vulnerabilidad en términos del número de posibles votos secuestrados es mucho mayor que en los sistemas de voto físico, en urna, y los de voto postal.

“Ante el problema del ejercicio de nuestros derechos como emigrantes, hace falta un análisis riguroso, serio y responsable de la realidad y los medios y, a partir de ahí, sopesar soluciones. Ninguna ley electoral que vuelva a escribirse sin la participación de la sociedad civil y aquellos expertos (sin intereses económicos en la implantación de determinadas propuestas) que conocen la problemática del voto telemático y emigrante podrá incurrir en una solución”, concluye la red de emigrados en la lucha por la participación desde el exterior.

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