Mil comunistas cubanos a Congreso

Desde el Malecón con...

Mil comunistas cubanos a Congreso

Bandera de Cuba

Los afiliados en la base quieren hablar, exponer, sugerir y hasta criticar si fuera necesario en un momento de suma importancia para la nación. Si alguien que dijo alguna vez que el PSOE no tenía nada de obrero y mucho menos de socialista, se adentrara en las interioridades del Partido Comunista de Cuba (PCC) al primer golpe de vista concluiría que hay que buscar con pinzas a los comunistas afiliados.

Una elemental prueba de esa asignatura universitaria llamada Comunismo Científico y un par de preguntas de marxismo-leninismo y sobran los dedos de una mano para contar los aprobados, que si hay vigilancia estricta hasta pueden sorprender a alguno con una chuleta o “chivo” como le llaman por acá.

Aún así, el partido que conduce los derroteros de la revolución cubana no tiene otro nombre que el de partido comunista, con mayoría absoluta del ideario fidelista y casi nada, por no ser absolutos, de otras doctrinas europeas del siglo pasado.

Así las cosas, nos vamos de VII Congreso, con mil delegados, los venideros 17, 18 y 19 del mes que corre con una militancia de base algo disgustada porque los temas al evento no fueron discutidos con ellos. Y la base es eso, la base, que lo dice todo.

Tal fue la molestia, que el diario Granma, portavoz del PCC, tuvo que dedicar una de sus ocho páginas a explicar los motivos. “Los documentos que se llevan al Congreso son el resultado de una elaboración colectiva en la que participaron decenas de funcionarios, investigadores de las ciencias económicas y sociales, y profesores. Se analizaron en el Consejo Científico asesor de la Comisión de Implementación integrado por más de 130 especialistas”.

“Qué bien”, nos comentó un viejo militante, “¿y no cuentan las opiniones de los obreros y los campesinos?”.

Los afiliados en la base querían hablar, exponer, sugerir y hasta criticar si fuera necesario en un momento de suma importancia para la nación en dos complejos caminos a emprender: el proceso de reanudación de las relaciones Cuba-EEUU, y definir de una vez y por todas la conceptualización del llamado modelo económico donde la propiedad privada es como una mala palabra que nadie menciona y cuando lo hacen la apuntan como “propiedad no estatal”.

El VII Congreso muy probablemente sea el último para los históricos de la revolución. Un colega, para nada desacertado en su juicio, ya había apuntado en su momento que el muy inteligente Barack Obama no por gusto había decidido venir a Cuba y hablarle al pueblo a sólo unos días del comienzo de la cita partidista.

Hay que estar ciego mental y visualmente para no percatarse del momento que vive la isla y que, como dijo en 1975 el canciller Raúl Roa, estos tiempos que vivimos requieren de guantes de seda y no de boxeo para enfrentar tantos retos como estrellas hay en el cielo o bajo el agua y donde la opinión de todos debe contar y constar.

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