Comedidas pero tensas serán las conversaciones hoy con el presidente Raúl Castro como parte del recibimiento oficial en el Palacio de la Revolución en las que de seguro no faltará el tema Venezuela. El presidente estadounidense Barack H. Obama ha tenido un gesto que muchos deben tomar nota de ello, pero que además, lo enaltece sobremanera a nivel internacional: llevarse consigo a su suegra a este paseo por Cuba y Argentina aunque sea la Casa Blanca y los contribuyentes quienes paguen el viaje.
Otras consideraciones también se desprenden de la visita y, que según dicta el sabio dicho, a buen entendedor con pocas palabras bastan. Y me refiero al recibimiento. Cero alfombras, cero discursos, cero banderitas y asueto o descanso para el batallón de ceremonias que presenta a la tropa con una banda militar que interpreta los himnos nacionales.
Todo esto, no por un descuido ante las prisas del viaje, porque ya experiencia hay como para repartir acerca de los recibimientos que se estilan en Cuba, y mucho menos por esa, aunque necesaria, inoportuna lluvia que dejará a los visitantes listos para una fisioterapia muscular en sus brazos.
Horas después de aterrizar, zapateando por la Habana Vieja y gracias a la televisión cubana por no habernos hecho perder el tiempo encerrándonos voluntariamente en nuestros hogares, Obama aún seguía paraguas en mano.
Tengo que confesarlo a expensas de alguna crítica por desconocedor, pero es la primera vez que veo a un presidente agarrar él mismo su paraguas y no un ayudante o guardaespaldas de esos que por centenares han llegado a la isla para protegerle hasta de una gripe o resfriado “Made in Cuba”, que por ley del embargo no podrá “exportar” a EE.UU.
El mandatario lo debe tener muy claro. Como decimos por estas tierras, “debe hilar muy fino” y parece que ha comenzado bien con el numerito con Pánfilo, un humorista local de gran éxito al establecer con él una “alianza” que le favorece de cara a la opinión popular.
Comedidas pero tensas serán las conversaciones hoy con el presidente Raúl Castro como parte del recibimiento oficial en el Palacio de la Revolución en las que de seguro no faltará el tema Venezuela y esa orden ejecutiva de tomar a esa nación como una amenaza a la seguridad nacional. Debe recordar también que prácticamente llegando él, salía hasta condecorado el presidente venezolano Nicolás Maduro.
En fin, que lo tenemos en casa. Ahora a cumplir la promesa de hospitalidad, respeto y consideración, que de testigo tendremos a su suegra.
