El secreto de la modelo extraviada, un libro de Eduardo Mendoza

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El secreto de la modelo extraviada, un libro de Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza, El secreto de la modelo extraviada

Tras casi 40 años desde el estreno del primer libro de la saga El misterio de la cripta embrujada, Mendoza vuelve a retratar las sombras de la sociedad barcelonesa. Eduardo Mendoza vuelve con su detective anónimo en una nueva entrega cargada de surrealismo y situaciones que no tienen sin pies ni cabeza. En esta ocasión, el protagonista (ahora reconvertido en repartidor de comida china) recuerda uno de los casos más complicados de su carrera que ocurrió en un impasse de su estancia en el manicomio en el que ha estado retenido durante años.

En El secreto de la modela extraviada reaparece el Mendoza más divertido y crítico con la sociedad barcelonesa, donde le ocurren todas las peripecias del también protagonista de El misterio de la cripta embrujada, el laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador de señoras y El enredo de la bolsa y la vida.

La historia arranca cuando al protagonista le ocurre algo tan habitual como ser mordido por un perro en la calle. El dolor en el tobillo le hace viajar atrás en el tiempo (con la mente, que “no con el cuerpo” que no está loco, como dice él mismo), para recordar una época en la que aún estaba en el centro psiquiátrico, del que lo sacaron para hacer frente a un caso que le dejó con muy mal sabor de boca.

En aquella ocasión le obligaron a dejar la institución para que encontrara, precisamente, al perro perdido de una familia adinera de la sociedad catalana. Lo que parecía ser una tarea rutinaria sin demasiada relevancia deja de serlo cuando aparece el cadáver de una modelo e intentan acusarle del asesinato a él.

Con un estilo ágil y sencillo de seguir, Mendoza vuelve a demostrar porque la saga sigue viva desde final de los años 70 hasta nuestra época. Con algunos toques de modernidad, pero dejando claro que el protagonista ya no ese encuentra en sus años mozos, el libro es divertido y saca más de una sonrisa al lector.

Sin embargo, y precisamente por ser una saga literaria que tiene casi 40 años, el quinto volumen resulta en ocasiones repetitivo e incluso aburrido. Quizás no tanto por el argumento en sí, que aunque recuerda a sus antecesores sigue siendo fresco y es capaz de mantener al lector agarrado al libro, sino por el propio detective anónimo.

En los primeros libros el personaje resultaba interesante, novedoso y muy peculiar. El paso del tiempo parece haberle pasado factura, puesto que ha perdido parte de esa sorpresa que le caracterizaba en las primeras entregas. Por decirlo de alguna manera parece haberse vuelto un tanto más “moderado”, lo que para los incondicionales de la saga puede tener varias interpretaciones.

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