El movimiento es una señal de desesperación del ‘establishment’ del partido del elefante ante una victoria que comienzan a ver como inevitable El candidato republicano, Donald Trump, cuenta ya con los datos históricos a su favor para hacerse con la nominación presidencial por el partido conservador. Quizá por ello, sea ya un poco tarde, pero las alarmas han comenzado a sonar entre el ‘establishment’ económico del partido del elefante y, en consecuencia, se están produciendo una serie de movimientos destinados a frenar lo que ya parece inevitable.
Hasta ahora los grandes donantes republicanos habían evitado enfrentarse a un candidato que ha hecho de la confrotación su bandera, y entre los ‘súper-ricos’ tan sólo la familia Ricketts había destinado unos cuantos millones a grupos anti-Trump. Sin embargo, ante lo que ya comienzan a ver como una catástrofe, el resto de donantes ha entrado en el juego.
Así, por ejemplo, Mar Short, hombre de confianza de los hermanos Koch, ha anunciado que se involucrará directamente en la campaña del senador Marco Rubio, con lo que pondrá la basta red de donantes de los hombres detrás de empresas como Cargill al servicio de la elección del hispano-cubano.
Short es el responsable de la organización “Freedom Partners” durante los últimos cinco años. Es decir, de la organización de influencia política de los hermanos Koch, quienes, a su vez, son dueños de una red de empresas cuyos ingresos anuales estimados son de unos 100.000 millones de dólares y David S. Koch es según Forbes la sexta persona más rica del mundo con unos 43.000 millones de dólares.
