Políticos y empresarios intensifican su defensa del acuerdo: “Las leyes europeas van a seguir vigente. Lo de la carne hormonada no va a ocurrir. Lo podemos decir más alto, pero no más claro”, ha replicado Jochen Müller, representante de la Unión Europea. Los empresarios españoles aumentan su defensa hacia la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP en sus siglas en inglés). Y en esa línea, la pedagogía, entienden, que es crucial para que la opinión pública mejore la concepción que tiene del acuerdo. Y uno de esos defensores es José Luis Bonet, presidente de la Cámara del Comercio de España, que palpa “una falta de información sobre el TTIP” y, en contraposición, ha aseverado que las negociaciones entre Europa y EEUU están sentando una “transparencia sin precedentes”.
Una frase que la organización ‘Stop TTIP’ no comparte al entender que las negociaciones “tienen lugar a puerta cerrada, aunque el tratado tiene consecuencias importantes para los ciudadanos de la UE”. Y en las que “ni se publican los nombres de las personas que lo están negociando, ni se sabe qué mandato tienen”. Algo que para la plataforma “está en contra de convenciones democráticas”.
De hecho, las presiones de organizaciones contra la falta de transparencia provocó que la Comisión Europea se viese obligada a principios de enero del año pasado a hacer pública, por primera vez, una serie de documentos hasta entonces clasificados y a aclarar su posicionamiento respecto a los asuntos de los que se habla en el marco del TTIP. Unos papeles que para Thilo Schäfer, periodista alemán, no son “demasiado relevantes”, según escribió en el medio La Marea.
Porque las opiniones que chocan con lo defendido por los empresarios y miembros del Gobierno (como es el caso de Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio) es algo que preocupa dentro de la CEOE, que hoy en su sede en Madrid ha presentado un estudio organizado por el Instituto de Estudios Económicos evaluando positivamente el impacto que tendría el tratado en España. “Algunos a veces se pierden viendo titulares en los medios o en las redes sociales sobre los problemas [del TTIP]. Se irán mejorando, pero no podemos perder la oportunidad por esos detalles, aunque son relevantes, que nos alejarían de los valores que hemos construido en Occidente”, ha afirmado José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo de BBVA.
Continuando con esas palabras del directivo de la entidad bancaria, el acabar con el “mito” que circula por las redes sociales y que están alimentando a los movimientos sociales contrarios al acuerdo comercial “se caen leyendo en Internet, en los sitios oficiales, ahí todo queda muy claro”, entiende Julián Cubero, otro de los consejeros ejecutivos de BBVA.
Pero no sólo desde España se lanzan mensajes para calmar a los críticos. En la Unión Europea también se han marcado el objetivo de derribarles: “Hay que combatir a los mitos, informando, hay que hacer un llamamientos para que los que estén a favor del TTIP alcen la voz”, ha declarado en el encuentro Jochen Müller, consejero político de la delegación de la Unión Europea en Madrid.
Entre los mayores argumentos que se vierten contra el acuerdo son la vulneración de la seguridad alimentaria, algo que el representante europeo ha querido negar: “Las leyes europeas van a seguir vigente. Lo de la carne hormonada no va a ocurrir. Lo podemos decir más alto, pero no más claro”. Otro de los puntos débiles que ha desmentido es el fracking, una técnica que en Europa “no se va a abrir” al ser “decisiones nacionales”, un punto que “no está en las negociaciones” con el país norteamericano, según Müller. Una valoración que choca con lo dictado por Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos, que advirtió en noviembre que Bruselas podría llegar a multar a España por no utilizar el método fracking en la extracción de combustibles si se firmara el TTIP.
Siguiendo con esa tónica de desmentidos sobre cambios normativos en Europa se ha pronunciado Federico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano, que entiende que si se alcanza el acuerdo con EEUU “no vamos a renunciar al modelo europeo”. Y por ello la pedagogía es determinante: “Hay cosas que ya se hacen sin el TTIP. Hay un mandato europeo con líneas rojas que no se van a rebasar”, ha defendido en el panel dedicado a analizar el estudio presentado.
Un informe ya adelantado el pasado octubre y que los empresarios españoles entienden como una oportunidad única para el comercio español, sobre todo para las pymes que “ganarían mejor acceso en un mercado más grande”, según uno de los representantes de la embajada americana en España. Entre los cálculos realizados por los autores se estima que si el TTIP llega a España, el impacto en la economía sería un crecimiento de PIB (0,74% anualmente), un incremento de los salarios (0,72% anualmente) y permitiría mejorar la competencia a nivel internacional de las empresas españolas al eliminar y homogeneizar una burocracia mala (como pueden ser ciertos certificados medioambientales) que entorpecen las exportaciones entre EE.UU y Europa.
