¿Cubanos españoles o españoles cubanos?

Desde el Malecón con...

¿Cubanos españoles o españoles cubanos?

Contra toda la lógica de este mundo, los hay que no tienen ni la menor idea de la geografía e historia de “la madre patria”. La Habana. La nueva buena del reinicio de los vuelos de Iberia a la isla no le ha traído la más mínima alegría a muchos de los miles de cubanos que ahora son españoles gracias a sus ancestros venidos desde la península en otros tiempos ya remotos. La indiferencia es casi total.

Contra toda la lógica de este mundo, los hay que no tienen ni la menor idea de la geografía e historia de “la madre patria”. Eso sí, en cualquier remoto paraje insular encontraremos fervientes admiradores del Barça o el Real Madrid y cuidado no aparezca en un pueblo perdido el estandarte del Rayo Vallecano portado por un campesino a lomo de bestia.

Pasaporte y ciudadanía en mano, sus objetivos están centrados en otras tierras. Aquellos colorados, negros, mulatos y hasta con facciones marcadamente asiáticas que se les veía hacer filas en el consulado de emergencia (tal era la demanda) habilitado en la Lonja del Comercio, primer negocio inmobiliario en Cuba fraguado entre Argentaria y la Oficina del Historiador de la Ciudad, tenían bien fijo en sus mentes que tal proceso de culminar con éxito los llevaría a otros sitios menos al aeropuerto de Barajas.

Observando tales escenas, envidia de un maestro como Carlos Saura, no costaba mucho trabajo imaginar la virilidad, frenesí y pasión con que nuestros abuelos o bisabuelos desembarcaron erectos en Cuba. Conozco a no pocos que no piensan viajar nunca a Madrid. La gran mayoría lo hace a Miami, México y Panamá, naciones que no precisan de mucha pasta en la facturación, un largo vuelo transoceánico y sí un par de horas para llegar, comprar y empacar con regreso a casa. Unos, para su propio beneficio; otros en plan “mula” por unos 200 dólares el viajecito y unos 5 kilos libres para ellos.

Ese es el gran provecho de poseer, por el momento, tal pasaporte y no el cubano, que causa más problemas en cualquier aeropuerto que una suegra las 24 horas del día husmeando en casa. Honrosas excepciones las tenemos, como en toda regla, que no se nos molesten algunos. Si las cosas cambiaran en Cuba, deseo que todos esperamos, entonces a no dudar estos viajeros frecuentes a Centroamérica o La Florida, se harán una foto en la Puerta del Sol madrileña para emprender viaje hacia una aldea gallega, canaria o asturiana y con un abrazo conocer a nuevos parientes.

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