Desde que el equipo de Mariano Rajoy puso en marcha el plan de venta de inmuebles públicos en 2012, el Estado ha recaudado cuatro veces lo que esperaba a estas alturas del programa. El mismo sector inmobiliario cuya burbuja agudizó la crisis económica en España se ha convertido ahora en un aliado inesperado del Gobierno a la hora de cuadrar cuentas. La progresiva recuperación del ladrillo ha facilitado que el Estado haya ingresado cuatro veces más de lo que esperaba con su plan de venta de inmuebles públicos desde 2012.
A lo largo de los últimos tres años, el Estado se ha embolsado un total de 486 millones de euros con la venta de inmuebles hasta entonces de su propiedad. La cifra supone un 306% más de lo esperado para la cantidad de activos traspasados hasta la fecha, según ha informado este mismo jueves en el Senado el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
El plan de ventas del Gobierno colgó el cartel de ‘se vende’ a un total de 15.553 inmuebles, de los que más del 50% ya están en otras manos, según ha explicado el ministro como un argumento más para defender la ley de reforma de la Administración que debe someterse a votación en la Cámara Alta. En total, según las cifras que ha aportado, las medidas adoptadas hasta ahora siguiendo el dictamen de la Comisión para la Reforma de las Administraciones (CORA) han supuesto el ahorro de 22.300 millones de euros a las administraciones y 2.300 a los ciudadanos en lo que va de legislatura.
Montor ha sumado a esta cifra otros 5.000 millones de euros por la venta de ciertas participaciones empresariales del Estado. En el ámbito corporativo también ha recordado la implantación de la factura electrónica en las administraciones, obligatoria desde enero y que hasta el 2 de septiembre ha evitado la emisión de más de 3,5 millones de antiguas facturas impresas.
