¿Hacemos lo que Podemos o hacemos lo que ellos quieren?

Opinión

¿Hacemos lo que Podemos o hacemos lo que ellos quieren?

Pablo Iglesias, secretario general de Podemos

Muchos somos los que pensamos, con y sin doctorados en ciencias sociales, que de nuevo asistiremos a una farsa de apertura democrática que cambiará todo para dejarlo igual, el famoso recambio que criticamos. La semana pasada Podemos nos sorprendió a todos, inclusive a los miembros que integramos la formación, con un anuncio de primarias para las elecciones generales cuyos avales debían de gestionarse esa misma semana y que se votaría pocas semanas después, en pleno agosto.

Una corriente importante de simpatizantes de Podemos en los que me incluyo, firmamos una petición para abrir estas primarias a debate (su metodología y fechas). Por ahora han firmado más de 7.000 personas, de los cuales 700 son cargos orgánicos, autonómicos y municipales, de Podemos.

En general las críticas se encuentran sobre todo en la elección de una circunscripción única, que beneficiará como es de esperar a Madrid en detrimento de otras provincias. Asimismo, el hecho de escoger una circunscripción única para votar órganos territoriales, provoca que surjan ciertas situaciones problemáticas, como que aquellos candidatos en puestos bajos, probablemente de grandes ciudades, tengan que representar territorios que ni han pisado.

“La lista de 350 candidatos/as electos/as representa, en la práctica, un orden de prelación para la elección de la provincia y el puesto en el que cada candidato/a quiere concurrir a las elecciones al Congreso de los Diputados. El/la candidato/a más votado/a elegirá en primer lugar la provincia y el puesto en que se quiere presentar. El/la segundo/a candidato/a más votado/a elegirá en segundo lugar, el/la tercero/a en tercer lugar, y así sucesivamente hasta confeccionar el conjunto de las listas de Podemos en las 50 provincias y en las dos ciudades autónomas”

A mí el uso de provincia tampoco me agrada porque como ya he explicado en este mismo medio, la circunscripción provincial es uno de los demonios de nuestro sistema electoral. No obstante, obviar que tanto congreso como senado son cámaras territoriales es un error de grandes proporciones ¿Cómo va a saber un madrileño los problemas y sensibilidades de los vecinos de Melilla? Por tanto, creo que una opción intermedia que contentaría a todos sería la circunscripción autonómica, que es una fórmula igualmente representativa, pero sin la necesidad de utilizar una óptica completamente centralista.

También se ha criticado el ya habitual sistema de lista plancha y que se dé solamente una semana – que prisa hay – para que la gente pida avales y conforme listas alternativas a la de central.

No obstante, lo que se menciona más bien poco y que fue lo que me llevó a firmar la petición de www.podemosesparticipacion.info, es el punto 5.2 del documento de primarias:

«De manera excepcional, el establecimiento de acuerdos con otras formaciones políticas por parte de los órganos de dirección de Podemos podría implicar alguna restricción al conjunto de los puestos abiertos a la disposición de los 350 candidatos/as más votados».

Para mi este punto ya no es que sea antidemocrático, sino que mancilla el propio documento organizativo que el Consejo Ciudadano estatal propuso en Vistalegre, y el que un 90% de los simpatizantes apoyó. ¿Acaso esas supuestas formaciones no pueden presentarse a las mismas primarias que los demás, como todo hijo de vecino?

Como veis hasta el momento el debate no dejaba de entrar en lo normal en formaciones abiertas y horizontales, pero todo esto quedó en agua de borrajas cuando ayer Pablo Iglesias anunció su lista de elegidos para el congreso, desoyendo el debate creado en las propias bases, algo que ya es tónica general desde la asamblea de Vistalegre, todo sea dicho.

Poco importa que esta propuesta tenga casi el mismo apoyo que el Consejo Autonómico de Madrid, porque no suma ese 10% de inscritos inalcanzable, ya que en Podemos consideramos afiliado a cualquiera que se registe en podemos para votar en algún proceso, sea o no activo, sepa lo que pase o no. Esto se denunció durante las votaciones de Vistalegre por muchos, pero por desgracia la gente vota caras y mensajes populistas, no propuestas organizativas.

Pablo, que lo sabe mejor que nadie, y el resto de Consejo estatal, deberían tener la altura ética y política de no utilizar este mecanismo que desvirtúa el proceso en su propio beneficio, y haber abierto a debate un tema que, como desde que empezamos en Podemos, de seguro habría seguido siendo su propuesta, ya que la gente no vota propuestas, vota a Pablo.

Por otra parte, la elección de muchos de esos nombres no podía ser más polémica dentro de las bases, introduciendo personas como Tania Sánchez, que desde Convocatoria por Madrid ha sido causante de la debacle de muchas CUPs y la fragmentación, si no entierro, de muchos círculos municipales. Tampoco gusta ver a los amiguetes de siempre que toman todas las decisiones en central sin preguntar, que han gestionado la campaña autonómica y municipal desoyendo a los círculos – los cuales se supone conocen mejor que la gente de Madrid los contextos de sus municipios y son órganos tan legítimos como central en su ámbito – copando toda la lista.

¿Dónde está Pablo Echenique? ¿Dónde está Teresa Rodríguez? ¿Dónde está la supuesta pluralidad de la que hace gala Pablo con esta lista? Yo por más que busco no la veo.

Todas estas cuestiones no gustan en las bases porque es visto por muchos cómo replicar la política de amiguetes y dedismo que tanto asco nos daba y se suponía veníamos a combatir, otra cosa es, como siempre, los listos que a río revuelto, ganancia de pescadores. Estos autoproclamados abanderados de la ciudadanía pertenecientes a formaciones de vieja política, que llevan 30 años siendo cómplices del saqueo con su silencio y que siempre han rechazado la mano que Podemos les tiende por miedo a perder sus sillones, se dan el lujo ahora de dar lecciones democráticas a Podemos. Es la misma táctica que usaron al extender la idea de que las CUPs sacaron mejores resultados que Podemos, aunque luego cuando uno analiza los datos es todo lo contrario, el éxito sólo tuvo lugar en Madrid y Barcelona y no por las CUPs, sino por el tirón de Manuela y Ada. Muchos ven sus formaciones anacrónicas fuera de las instituciones y poco les importa reventar la alternativa de cambio en este país con tal de seguir copando su pequeña parcela de poder.

El problema es que todas estas situaciones, tanto los problemas en las confluencias, como lo ocurrido ahora con las primarias al congreso, ocasionan que muchísimos integrantes de Podemos abandonen el barco desencantados, al empezar a ver los mismos vicios que hay en las viejas formaciones.

No entré en Podemos para ser parte de un neo-PSOE

Podemos surgió como una herramienta ciudadana que permitiera hackear el sistema para que se gobernara a favor del 99%. Veníamos también a formar a una ciudadanía que lleva toda su historia acostumbrada a delegar en que otros hagan política, a ser servil con los poderosos. Ese era el objetivo de Podemos, y aunque asaltar las instituciones era un paso fundamental, no era el único objetivo ni se partía con la idea de que hubiera que hacerlo lo antes posible, sin importar la maduración tanto del movimiento como de la ciudadanía española.

Muchos somos los que pensamos, con y sin doctorados en ciencias sociales, que la historia nos demuestra que plegarse a las viejas dinámicas pervierte cualquier movimiento revolucionario, que de nuevo asistiremos a una farsa de apertura democrática que cambiará todo para dejarlo igual, el famoso recambio que criticamos y que parece que nosotros también venimos a instaurar, como segunda pata de un neo-bipartidismo 2.0. Muchos creemos que estamos perdiendo una oportunidad de oro y nos estamos conformando con pasar a los libros de historia como el enésimo fracaso del movimiento obrero en España.

Por mi parte, para ser parte de un neo-PSOE no entré en Podemos y me da igual que ante mí estén figuras como Pablo Iglesias, porque no es más ni menos que el resto de nosotros. Lucharé porque si algo le debo de agradecer a Podemos es que me enseñara que sólo remangándonos y siendo activos se puede revertir la situación en la que vivimos.

Recordando a uno de nuestros primeros eslóganes, ¿Hacemos lo que podemos?, me viene a la cabeza una modificación más acorde con la estrategia actual de nuestra formación: ¿Hacemos lo que ellos quieren?

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