Esta abogada de 37 años, madre de dos niñas, dice que se pateará Madrid para que los vecinos sepan que tiene la misma perspectiva que ellos. Begoña Villacís es una aspirante a alcaldesa que es consciente de que es una desconocida para los vecinos de Madrid porque no viene del mundo de la política, pero cree que “ahí está la regeneración” y recalca que “si propusiéramos otra cosa no seríamos Ciudadanos”.
Esta joven abogada de 37 años con dos hijas cuenta que para combatir el desconocimiento de los votantes lo que va a hacer es ‘patear’ la capital “todo el día” y aunque reconoce que hubiera sido más fácil coger a personas representativa de otros partidos, dice que en Ciudadanos lo que hacen es apostar por gente desconocida ya que en eso consiste la regeneración.
“Lo que tenemos que ofrecer es la frescura de la calle y ser totalmente ajenos a la política”. “Ya nos daremos a conocer”, señala Begoña Villacís, quien se jacta de formar parte de un “equipo muy joven y muy motivado”.
Se declara inconformista, realista, luchadora y justiciera, una persona que llega a la política “sin complejos», y asegura la candidata de Ciudadanos que como regidora del Ayuntamiento de Madrid lo que pude ofrecer a los vecinos es “la misma perspectiva que tienen ellos, ya que no vengo de estar escondida en un despacho durante 20 años, perdiendo el pulso de la calle, sino con el afán de hacer cosas, muchas cosas”.
Villacís -que hasta esta semana dirigía el Área Laboral, Fiscal y Mercantil de Legalitas- presume de que por su trabajo “sabe lo que les pasa a los habitantes de Madrid” ya que como letrada ha recurrido la tasa de basura, la tasa del vado al aumento de los valores catastrales, por poner algunos ejemplos.
Apunta que, como “lleva toda la vida” haciendo oposición al Ayuntamiento desde su puesto de letrada, no le asusta hacer oposición en el pleno, por lo que garantiza que no ‘abandonará el barco’ si no sale elegida alcaldesa, aunque -eso sí- se compromete a no “quedarse toda la vida en política” ya que tiene intención de volver a ejercer su profesión transcurridos ocho años, debido a que desconfía de los políticos eternos, de los políticos profesionales.
En el catálogo de intenciones de la candidata de Ciudadanos figura en un puesto destacado “no gobernar de espaldas a los vecinos”, ya que está convencida de que Madrid, que no es más que un «pueblo grande», se merece un alcalde -en este caso alcaldesa- que no se pierda en el anonimato y al que, por el contrario, le importen sus paisanos y que no trate a los madrileños “como cifras sino como personas”.
“Vamos cortos de presupuesto”
A la pregunta de cómo se financia Ciudadanos, Begoña Villacís dice que “básicamente con los afiliados. La afiliación es la manera de colaborar”.
Admite con sinceridad: “Prácticamente no tenemos presupuesto, vamos muy cortos” y explica que a cambio lo que “sí tenemos es un recurso humano totalmente generoso y muy valioso. Ciudadanos está lleno de de profesionales que se organizan muy bien, en grupos de apoyo, que venimos de la empresa privada y trasladamos la que hemos aprendido para hacer programas sensatos y lógicos” sosteniendo que el partido de Albert Rivera se financia “con la generosidad de las personas que hacemos el proyecto”.
A Villacis le preocupan las encuestas lo justo y solo para ver la evolución de la formación en los sondeos. “No tenemos recursos económicos, menos para encuestas, así que miramos las de los periódicos con el debido respeto y nos sirve para ver que nuestra tendencia es alcista y que no ha tocado techo ni mucho menos sino que le queda mucho recorrido, explica la cabeza de lista al Ayuntamiento de la capital.
Dice la candidata que el reto de la Alcaldía es “apasionante y enriquecedor. Lo más bonito” y hace notar que no tiene el condicionante de llegar a la política “buscando el puesto, porque ya lo tenía, vengo de tener otro medio de vida”.
Reconoce que hay quien le dice que peca de ingenua y le advierte que se dará de bruces con la realidad, pero no hace caso de esas voces, ya que está convencida de lo más importante: que forma parte de un grupo numeroso de personas que creen que las cosas se pueden hacer de forma diferente y “cada vez hay más gente que piensa como yo”.
