Los unionistas irlandeses también quieren su referéndum

Irlanda

Los unionistas irlandeses también quieren su referéndum

Gerry Adams, presidente del Sinn Féin

Mientras se apagan los fuegos en Escocia, nuevas hogueras se preparan en otros territorios de la Unión. En Irlanda del Norte no han tardado en exigir su propia consulta. Reino Unido está muy lejos de enterrar sus problemas de cohesión territorial. La holgada victoria del no a la independencia de Escocia no ha hecho más que zanjar ese capítulo por unos años, pero otros emergen. Ahora son los unionistas de Irlanda del Norte los que piden su propio referéndum para abandonar la Unión.

Lejos de desanimar sus reivindicaciones, los unionistas irlandeses han aumentado el tono de sus reivindicaciones con los resultados de los comicios escoceses sobre la mesa. El presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, ha reclamado la atención de los medios para calificar de “inspirador” el proceso acontecido el pasado jueves en Escocia y se ha mostrado convencido de que su celebración no hará sino que acelerar la celebración de la votación que reclama para Irlanda del Norte.

Con estas declaraciones, el líder del grupo unionista de izquierdas ha roto el silencio que durante en las últimas semanas se había apoderado de toda la cúpula de su partido. Un silencio estudiado, dicen los analistas políticos, para no condicionar su discurso posterior en exceso y poder seguir reclamando la celebración de un referéndum que abra la puerta a la reunificación con Irlanda después de 93 años bajo la corona británica a consecuencia de la creación de un nuevo país de mayoría protestante y fiel a Londres.

Mientras que el líder de los secesionistas escoceses ha anunciado su retirada por el fracaso del sí en una votación para la que su propio equipo diseñó las reglas, los del Sinn Féin siguen trazando su propia hoja de ruta. Ahora, más allá de una llamada a las urnas a la población de Irlanda del Norte -menos de 400.000 habitantes-, se postula una votación a ambos lados de la frontera en el que los ciudadanos irlandeses también pudieran mostrar su entusiasmo o repulsa hacia una posible reunificación de la menor de las dos grandes Islas Británicas. Es lo que han dado en denominar border poll.

Adams y sus correligionarios fundamentan su discurso en el hecho de que los acuerdos de paz del Viernes Santo de 1998 abren la puerta a un posible referéndum a celebrarse no más de una vez cada siete años. Ahora, con el caldo de cultivo que ha generado el proceso de Escocia así como el pulso soberanista de Cataluña en España, consideran que ha llegado la hora de preparar las papeletas y las urnas. “Nunca deberíamos perder de vista el hecho de que nuestro pueblo está dividido y ahora tenemos una oportunidad de reunirnos democrática y pacíficamente”, ha señalado en declaraciones a la televisión estatal irlandesa.

Frente a estas exigencias, desde el Partido Democrático Unionista (DUP) que predica las bondades de la permanencia en el Reino Unido, se proclama que “no hay ninguna perspectiva” de que sus rivales políticos consigan arrebatar Irlanda del Norte a la Unión. Por si las moscas quizá, el primer ministro británico David Cameron se ha apresurado a anunciar que junto a la prometida transferencia de poderes a Escocia llegarán también nuevos paquetes de autogobierno para Gales y, también, para Irlanda del Norte.

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