PSOE: “Proponemos un Plan Marshall para Europa”

Elecciones europeas

PSOE: “Proponemos un Plan Marshall para Europa”

Sede del PSOE

«Por primera vez en la historia europea los ciudadanos podremos, con nuestro voto, elegir a un presidente del gobierno europeo.» Por primera vez en unas elecciones el votante elige Parlamento y presidente de la Comisión. ¿Qué opinan de este nuevo modelo? ¿Proponen algún cambio en el proceso de composición interna de los organismos comunitarios?

Por primera vez en la historia europea los ciudadanos podremos, con nuestro voto, elegir a un presidente del gobierno europeo. Ya no será, como hasta ahora, un acuerdo entre los gobiernos de los Estados, sino una decisión libre de los ciudadanos en base a un programa, a unos compromisos, los que decidirán quién dirigirá la política europea.

Los socialistas europeos hemos sido los primeros en proponer a un candidato común, Martin Schulz, para presidir la Comisión y hemos sido los primeros, también, en presentar un programa electoral común para toda Europa basado en el crecimiento, el empleo y la lucha contra la desigualdad.

Según Eurostat, en la Unión Europea hay 25,7 millones de personas sin trabajo. De ellos, más de cinco millones son españoles. A su vez, el desempleo juvenil se encuentra por encima del 20%. ¿Cuáles son sus propuestas para reducir esta pandemia?

Es necesario hacerse siempre una única pregunta antes de adoptar las decisiones que se tomen en Bruselas: esto favorece a crear empleo o por el contrario lo destruye. El empleo debe ser el corazón de todas y cada una de las decisiones que adoptemos.

Nosotros en nuestro programa electoral proponemos tres medidas de gran calado. Proponemos un potente plan de inversiones europeo (un Plan Marshall para Europa) destinado a incrementar la capacidad innovadora y competitiva de la economía europea en sectores, además de las inversiones tradicionales de infraestructuras, sostenibles como la eficiencia energética, las renovables, las eco-industrias y la economía del conocimiento.

También nos comprometemos a impulsar una nueva política industrial europea con el objetivo de elevar del 15% al 20% el peso del PIB de la industria europea, consolidar la pequeña y mediana industria, fomentando las reconversiones industriales en los sectores estratégicos de la UE puesto que no debemos dejar abandonados a las víctimas del cambio tecnológico, la crisis y la globalización. Para ello, impulsaremos una política de innovación y desarrollo accesible, también, a la pequeña y mediana empresa y dotaremos de recursos suficientes los fondos europeos destinados a ello, como el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización.

En relación al problema específico que sufren los jóvenes europeos, nos proponemos abordar con mucha más ambición el plan europeo de empleo juvenil (la Garantía Juvenil Europea), ampliando los fondos disponibles hasta los 20.000 millones, frente a los 6.000 actuales, cantidad considerada mínima por la Organización Internacional del Trabajo para afrontar el problema. Pretendemos, en todo caso, aprovechar la revisión en 2016 del Marco Plurianual de Perspectivas Financieras para fortalecer en profundidad el compromiso de la Unión con esta prioridad. En relación al problema específico del desempleo que sufren los parados de larga duración mayores de 55 años, defenderemos fortalecer el fondo social europeo en el terreno laboral y formativo para ofrecer oportunidades de trabajo digno a este colectivo, así como la asignación de los recursos suficientes por parte de la Comisión con este objetivo.

La supervivencia del euro parece hoy fuera de toda duda. ¿Su partido está de acuerdo con la arquitectura actual de la unión monetaria? En su caso, ¿cuáles son sus propuestas?

La crisis puso de manifiesto las debilidades en la construcción del euro, puesto que carecíamos de instrumentos legales y financieros para ayudar a los países de la eurozona, y forzó la improvisación de procedimientos y medios de rescate. Es cierto que la crisis ha supuesto el avance en la UEM, creando el armazón de un mecanismo europeo de gobierno y supervisión de la política económica y fiscal de los Estados Miembros, pero muchas de las medidas se han adoptado con una clara orientación ideológica: promover la austeridad como única receta posible.

Nosotros creemos que una auténtica Unión Económica y Monetaria exige, de hecho, más Unión. Más de una Unión centrada en el crecimiento y el empleo, y no sólo en la corrección de los desequilibrios macroeconómicos de los Estados Miembros, más de una Unión que ponga los derechos sociales al mismo nivel que las libertades económicas, más de una Unión basada en la economía social de mercado, más de una Unión que ponga la economía al servicio de las personas.

Para ello proponemos un Pilar Social que promueva el crecimiento equilibrado y el empleo de calidad. Este Pilar debe incluir el mencionado Pacto de Progreso Social, unos indicadores sociales vinculantes que evalúen el impacto real de las decisiones macroeconómicas en la vida de las personas y un estabilizador automático que desemboque en un seguro europeo de desempleo.

Además, promoveremos un calendario flexible de reducción del déficit que facilite el crecimiento ligando las metas de la consolidación fiscal a la evolución del crecimiento y el empleo y limitando su reducción anual a lo que establecen los tratados.

Defenderemos la puesta en marcha de un sistema eurobonos que reduciría el coste del servicio de la deuda así como la inestabilidad de los mercados financieros. Y creemos que la conclusión de la unión bancaria es imperativa para que sea plenamente operativa la supervisión por el BCE, rápido el funcionamiento del Mecanismo de Resolución Bancaria, y claramente más potente el Fondo de Resolución, financiado por las aportaciones de las propias entidades financieras.

La Troika ha sido un mecanismo de control estrictamente financiero y presupuestario cuya actuación ha resultado controvertida. ¿Mantienen ustedes el vigor de este modelo de supervisión? En su caso, ¿cuál sería su opción? ¿Consideran que tendría que haber un elemento de reequilibrio social a los recortes de los déficits presupuestarios?

La Troika ha sido un grave error que debemos corregir en los próximos años. Un error en su configuración y un error en las políticas que defienden. La prioridad absoluta no puede ser otra que la de emprender un giro completo a la política económica de los últimos años, redirigiéndolo hacia el crecimiento y el empleo y equilibrando el ajuste de los desequilibrios macroeconómicos, con el de los desequilibrios sociales.

No habiendo sido el origen de la crisis iniciada hace seis años, la Unión ha sido la región del mundo donde sus efectos se han sentido, se siguen sintiendo, más intensamente y por un periodo de tiempo más prolongado.

Con planteamientos muy distintos, la respuesta del Gobierno de los EEUU y la política de la Reserva Federal permitió salir antes de la crisis y emprender pronto un crecimiento considerable. A día de hoy, la Reserva considera la creación de empleo su objetivo prioritario, el que ha de marcar su política de incentivos.

Lo cierto es que todavía en 2013 el crecimiento medio de la Unión ha sido negativo, que en los dos últimos trimestres se ha salido técnicamente de la recesión, con crecimiento magro y sin impacto en la creación de empleo.

Por todo ello es imprescindible darle la vuelta a la dinámica pasada, acabar con la Troika como brazo ejecutor de la política de austericidio y, por el contrario, apostar por la creación de una Troika social formada por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los agentes sociales para que, con los indicadores sociales creados, reorienten la política económica europea hacia el crecimiento, la creación de empleo digno y el mantenimiento de nuestro modelo social.

Europa carece de una política energética común. ¿Cuál es su modelo?

En efecto, una de las grandes áreas en las que es urgente que avancemos en la integración es en el de la energía. Tenemos mucho que ganar si actuamos más unidos.

Los socialistas apostamos por el lanzamiento de un verdadero mercado único de la energía, el cual es imprescindible no solo para garantizar la seguridad energética sino para lograr un crecimiento sostenible y compatible con nuestros objetivos sobre cambio climático. Con respecto a la independencia energética, consideramos que la consecución de dicho objetivo se debe alcanzar a través de la interconexión de redes energéticas entre los diferentes Estados Miembros y de un apuesta firme por el uso de las energías renovables.

Europa ha iniciado la negociación de un tratado de libre comercio con EEUU. ¿Cuáles son los términos en los que debería apoyarse esta relación bilateral?

El Acuerdo sobre comercio e inversión entre la Unión Europea y Estados Unidos es, sin ninguna duda, el acuerdo comercial más importante de cuantos se han negociado hasta ahora. Pero precisamente por ello crea muchas incertidumbres en muchísimos sectores económicos y sociales de la Unión Europea que, de alguna u otra manera, pueden verse afectados por el mismo.

Exigimos transparencia en la negociación y la introducción de garantías sociales, laborales y medioambientales para poder votar, cuando se nos presente al parlamento europeo el texto definitivo, a favor del mismo. Garantías que, de momento, no se nos han ofrecido.

El fenómeno de la inmigración se constituye en uno de los grandes problemas de Europa. ¿Cuáles son sus propuestas para hacer frente a esta situación?

Los socialistas defendemos una política común de inmigración basada en tres pilares: prevención, protección e integración. Con respecto a la prevención, los socialistas consideramos que la UE debe priorizar el desarrollo social, humano y económico, así como la democratización y la consolidación de los derechos humanos en terceros países. En este sentido, la UE debe seguir fortaleciendo los siguientes instrumentos: la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC); la política de Cooperación al Desarrollo; la Política Europea de Vecindad (PEV); los acuerdos de migración, movilidad y seguridad con nuestros socios del Este y del Mediterráneo sur; y, la política comercial común de la UE. En cuanto a la protección y la integración, los socialistas apostamos por un fortalecimiento – a través de un incremento de su presupuesto- de FRONTEX, EUROSUR (el nuevo sistema europeo de vigilancia de las fronteras), así como del nuevo Fondo de Asilo, Migración e Integración.

Dentro de la Unión Europea existen reivindicaciones de carácter nacionalista. ¿Cómo creen que debe afrontar Bruselas este hecho? ¿La estructura de la UE debe estar abierta a nuevas incorporaciones? En caso afirmativo, ¿cuál debería ser el criterio para aceptarlas?

El proyecto europeo no se construye con proyectos segregadores, el nacionalismo de entrada nos parece una ideología totalmente contraria al sentimiento europeísta que busca la unión de realidades distintas para promover la cohesión y la igualdad de oportunidades.

En los tratados están establecidos todos y cada uno de los procedimientos y lo que queda hoy claro es que, cualquier intento de independencia dentro de un estado miembro conllevaría la expulsión de la Unión Europea de la parte independizada. Un auténtico error y una grave irresponsabilidad de aquellos que lo promueven sin advertir de esas consecuencias.

Gran Bretaña mantiene su moneda, no acepta una parte importante de la legislación comunitaria, cuenta con el mercado financiero-bancario más grande de Europa y el euroescepticismo de su población se encuentra al alza. ¿Qué tipo de relación habría que establecer con este país?

Es verdad que desde su entrada en la UE en 1973, los ciudadanos del Reino Unido han mantenido un constante debate sobre las ventajas y los inconvenientes de su pertenencia. Lamentablemente, las voces de quienes quieren la salida de la UE suenan ahora con más fuerza que nunca, utilizando a menudo argumentos populistas y xenófobos.

El Reino Unido es un estado miembro clave para la Unión Europea. Por lo tanto, debemos redoblar los esfuerzos para intentar que los británicos decidan seguir siendo parte de este proyecto y tratar de llegar a un acuerdo sobre las condiciones de pertenencia, siempre y cuando no impidan que los demás sigamos avanzando y no renunciemos a la Europa social que debemos construir.

Los últimos estudios sobre el sentir ciudadano en España han demostrado que la corrupción ocupa un lugar privilegiado en la lista de problemas que preocupan a la sociedad. ¿Cuáles son sus propuestas para luchar contra ella?

Aumentar la transparencia, reforzar las incompatibilidades, endurecer las penas para aquellos que se corrompen ejerciendo una responsabilidad pública y aumentar las capacidades de investigación y prevención de los instrumentos públicos que hoy tenemos así como crear nuevas figuras europeas como por ejemplo una Fiscalía europea que se articule como referente en la lucha contra la corrupción y el fraude y que permita investigar, procesar y cuando proceda llevar ante los tribunales de los Estados miembros los delitos que afecten a los intereses financieros de la UE.

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