En apenas dos semanas Javier Rodríguez se ha acercado significativamente a sindicatos y profesionales y ha prescindido de los ideólogos de la privatización hospitalaria. Javier Rodríguez ha llegado a la Consejería de Sanidad madrileña dispuesto a cambiar de un plumazo la malograda relación de la Comunidad de Madrid con la Marea Blanca, y en apenas dos semanas ya ha hecho ‘guiños’ significativos al colectivo para lograr su objetivo. En este corto espacio de tiempo el sucesor de Lasquetty se ha reunido con los sindicatos, ha firmado acuerdos con los profesionales, y también ha hecho ‘limpieza’ en el departamento prescindiendo de los ideólogos de las externalización sanitaria.
El nuevo consejero es consciente de la importancia de contar con la colaboración de los profesionales a la hora de tomar decisiones. Así de claro lo dijo el pasado 28 de enero durante su toma de posesión, y así lo ha demostrado en estas poco más de dos semanas al frente de Sanidad. No en vano, Rodríguez es médico y sabe que para cambiar la situación en la región debe dar un giro a la relación que hasta ahora había mantenido su antecesor en el cargo, Javier Fernández-Lasquetty, con los sindicatos.
Por ello no tardó ni una semana en iniciar una ronda de contactos con estas organizaciones, con las que pretende limar asperezas y acordar una postura común. Los sindicatos valoraron muy positivamente este primer acercamiento, y dijeron esperar que no fuese más que el punto de partida de una nueva política que sirva para cambiar la forma de hacer las cosas en la Consejería de Sanidad.
Tras ello, y con las protestas de los trabajadores del Centro de Transfusiones en pleno auge ante la inminente entrada en vigor del convenio que firmó Lasquetty con Cruz Roja para dejar en manos de la entidad privada las extracciones de sangre en la calle, Javier Rodríguez también ha querido acercarse a los profesionales. Los trabajadores de este centro se encerraron hace dos semanas para denunciar que la privatización del servicio podría dejar en la calle a 130 personas, algo que ha negado la Consejería, que se ha comprometido a mantener la plantilla sin cambios.
La semana pasada Sanidad firmó un acuerdo con los sindicatos que forman la Mesa Sectorial (SATSE, CCOO, Amyts, CSIT-UP, UGT y USAE) por el que se garantiza el mantenimiento de la plantilla y la reubicación de los profesionales que realizan las colectas en la vía pública, trabajo que desde el 1 de marzo hará Cruz Roja.
Asimismo, Rodríguez ha atendido a la denuncia de CSI-F, que criticó el deterioro asistencial en el Hospital 12 de Octubre en áreas como Urgencias, turno de noche, quirófanos y policlínico por la falta de celadores, y se ha comprometido a reforzar la plantilla de estos profesionales. Según ha anunciado el sindicato en una nota, la pasada semana la dirección del centro anunció seis nuevas contrataciones y se comprometió a revisar la situación para solventar los problemas denunciados por esta organización.
Sin embargo, el ‘guiño’ más importante llegó el pasado jueves, cuando se anunciaron los cambios que había decidido acometer Javier Rodríguez en la Consejería. Aunque desde la Comunidad de Madrid quitaron importancia a los relevos previstos por el titular de Sanidad, lo cierto es que es muchos lo han visto como una mano más que ha tendido a la Marea Blanca, ya que ha decidido prescindir de los ideólogos de la privatización de hospitales que puso en pie de guerra a profesionales y pacientes.
Concretamente, apartó de sus cargos a la viceconsejera Patricia Flores y al director general de Hospitales Antonio Burgueño. Ambos fueron los que idearon las externalizaciones que tantos quebraderos de cabeza le han dado al Gobierno regional y están imputados por malversación de caudales públicos en la causa que investiga las primeras privatizaciones hospitalarias llevadas a cabo por los exconsejeros Lamela y Güemes.
