El Gobierno se apropia de la mejoría de los mercados como aval de sus reformas

Especial XXII Aniversario

El Gobierno se apropia de la mejoría de los mercados como aval de sus reformas

El Ibex 35 llega a tocar los 10.000 puntos de cotización, algo que no sucedía en los últimos dos años y que ha superado las previsiones de los analistas más halagüeños. La Bolsa sube como la espuma. La prima de riesgo cae a cotas desconocidas en los últimos dos años. Buenas noticias para la economía española que el Gobierno de Rajoy enarbola con creciente recurrencia como el gran aval para seguir avanzando en su programa de reformas y recortes. No hay punto que suba el Ibex o que baje el diferencial de deuda que el Ejecutivo deje de apuntarse como un tanto propio.

Ya a comienzos de este año 2013 que va acercándose a su fin, la euforia por los activos periféricos se convirtió en estandarte de batalla del equipo de Rajoy. Después, el repliegue de las carteras de inversión con la llegada de la primera borró del discurso del Gobierno español buena parte de sus hasta entonces repetidas referencias a la mejora de los mercados. La repentina remontada de precios iniciada en verano y amplificada desde septiembre, ha animado a los populares a volver a deshacerse en elogios con ellos mismos por el regreso de dinero inversor que atribuyen sin dudar a sus profundas y en algunos casos agresivas reformas.

En la recta final del mes de octubre, la euforia de los mercados alcanzó máximos desconocidos en los últimos años. Y, de la madrileña Plaza de la Lealtad, el optimismo se trasladó también hacia el Palacio de la Moncloa. Su inquilino, Mariano Rajoy, no ha dejado de enarbolar un Ibex en sostenida remontada o una prima de riesgo cada vez más amable con las arcas públicas españolas como avales de unas reformas que, en su opinión, están marcando ya la senda de la recuperación, como parecen demostrar algunos datos macro.

Una tímida creación de empleo, el repunte de la productividad laboral, una más sólida balanza comercial exterior y, más recientemente, una décima de crecimiento en el PIB que saca a España de dos años de recesión económica han espoleado el optimismo del Gobierno. No sólo eso, sino que según los analistas, son el motivo de fondo para la vuelta del dinero inversor a España. Unido, desde luego, a los bajísimos precios de inversión que habían dejado los últimos años de retroceso sumados a unas rentabilidades futuras con base en dividendo o potencial revalorización más que suculentas para muchas carteras institucionales foráneas.

Desde Kazajistán a Japón, pasando por EEUU, la ONU, la reunión del G20 en San Petersburgo y la Cumbre Iberoamericana de Panamá, no ha habido ocasión en que Rajoy no hiciese alarde de la recuperación de los mercados españoles. Una recuperación que ya en el mes de julio adelantaba el ministro de Economía, Luis de Guindos, al cambiar los antiguos ‘brotes verdes’ de la época del socialista José Luis Rodríguez Zapatero por una “pequeña flor de invernadero” que en el último trimestre del año se ha convertido ya en fruto. O así lo defiende al menos el máximo responsable de las finanzas del Estado.

Lo cierto es que hacía dos años que el Ibex 35 no tocaba los 10.000 puntos con los que ha batido incluso las previsiones que los analistas más halagüeños vaticinaban a finales del pasado año. No sólo eso, sino que el indicador bursátil español por excelencia ha vivido su mejor racha alcista desde 2009, al encadenar nada menos que nueve sesiones consecutivas de ganancias en las que se ha anotado un nuevo máximo tras otro. Máximos de los últimos 28 meses para mayor regocijo de la bancada popular y, desde luego, de los sufridos inversores que llevaban años viendo su cartera menguar desde el fatídico colapso del gigante financiero estadounidense Lehman Brothers allá por septiembre de 2008.

Aunque la recta final de esta explosiva remontada en el mercado de renta variable no ha estado acompañada de una mejoría proporcional en renta fija, la situación también ha mejorado mucho con respecto al cierre de 2012. La prima de riesgo que despedía el año pasado en unos sonoros 395 puntos -y eso que ya había pasado lo peor de un verano en que se vieron los 600 enteros- ha conseguido ceder incluso por debajo de los 240 en este ejercicio.

Una reducción cercana al 40% que pasa por una caída del interés en el bono a diez años del 5% al 4,3% en doce meses. Y más que por eso. Por conseguir que por primera vez en año y medio al Estado español le costara menos financiarse que a una Italia sumida en una crisis política y de gobierno que en los últimos tiempos se ha convertido en una constante a causa de los continuos desafíos del exprimer ministro Silvio Berlusconi.

Un camino de mejoría en el que no ha habido tanto que el Gobierno dejara pasar de largo. Desde los éxitos conseguidos por la Sareb, más conocida como el ‘banco malo’, en sus colocaciones de activos inmobiliarios procedentes de la banca, hasta el buen tono conseguido en la primera subasta de bonos a 30 años celebrada por el Tesoro Público desde el año 2009 tienen su origen para el Ejecutivo en su programa de reformas. Tanto que la ministra de Fomento, Ana Pastor, no ha dudado en apropiarse también de la reciente entrada del magnate tecnológico Bill Gates en el capital de la constructora española FCC, en la que ha depositado nada menos que 100 millones de su grueso patrimonio.

Con una balanza comercial en la que las exportaciones tienen un creciente protagonismo y unas arcas públicas que se benefician de la complacencia de unos inversores no tan exigentes como hace sólo unos meses, el Gobierno celebra día sí y día también los logros de iniciativas como la reforma laboral, el control del déficit público y el copago sanitario. Sin embargo, reconoce el propio Rajoy y suscriben personalidades como el príncipe Felipe y el banquero Emilio Botín, aún queda mucho por hacer para devolver a la economía española una solvencia que va más allá de los 10.000 de la Bolsa de Madrid.

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