Varias asociaciones por la Memoria Histórica se concentraron esta mañana a las puertas del Tribunal Supremo para arropar a Baltasar Garzón, quien acudió a declarar como imputado por un presunto delito de prevaricación. Los asistentes, con varias pancartas de apoyo, lanzaron ‘vivas’ y aplausos al magistrado.
Garzón llegó a la sede del Supremo, en la calle Marqués de la Ensenada en Madrid, sobre las 12.15 de la mañana para comparecer ante el juez instructor de la querella presentada por Manos Limpias y Libertad e Identidad, Luciano Varela. En la denuncia ambas asociaciones acusan a Garzón de un delito de prevaricación durante su instrucción de la causa sobre los crímenes del franquismo ya que no era competente para hacerlo.
A las puertas del Alto Tribunal se concentraban numerosos medios de comunicación, así como varios miembros del colectivo por la Memoria Histórica que portaban pancartas de apoyo al juez y en contra de los querellantes a los que calificaron de “las fuerzas más oscuras y reaccionarias españolas”. Estas asociaciones habían hecho público, previamente, un comunicado de apoyo a Garzón en el que se señala que “Tratan de sancionar al primer juez que desde la entrada de las tropas del general Franco en Madrid, en 1939, ha abierto una investigación contra los crímenes contra la Humanidad, perpetrados durante su régimen fascista”.
Por su parte, Miguel Bernard, secretario general de Manos Limpias, aclaró que la querella “no tiene nada que ver con el franquismo ni con las fosas” sino con el cumplimiento de las leyes, y añadió que la declaración de Garzón demuestra que “no hay nadie por encima de la ley, pese a las presiones políticas” y que “de las tres licencias con las que cuenta Garzón, la de cazar, la de dar clases y la de impartir justicia”, ellos esperan que se le quite esta última.
Al cierre de esta edición, no había trascendido ningún dato sobre la declaración del magistrado de la Audiencia Nacional.
