La división entre grupos católicos fuerza al CEU a alejarse de posturas radicales

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La división entre grupos católicos fuerza al CEU a alejarse de posturas radicales

La división que se produjo en las elecciones europeas entre los católicos con la irrupción de la candidatura ‘ultracatólica’ de Libertas es una imagen que los obispos no quieren volver a mostrar. Así, el CEU se ha visto forzado a alejarse de posturas radicales en el Congreso Católicos y Vida Pública que celebrará.

Nada de radicalismo. Este parecer ser el lema de la estrategia que la alta cúpula de los obispos quiere poner en marcha en los próximos meses. Lejos quieren dejar los momentos en los que apadrinaban los discursos, muy subidos de tono, contra el Gobierno y que tenían su origen en los despachos de Intereconomía.

Entre las acciones de Julio Ariza y la candidatura ‘ultracatólica’ Libertas los obispos se habían visto obligados a tomar una postura demasiado radical y conservadora para lo que se había acostumbrado ante el público. Error que no quieren volver a cometer y han decidido ‘tomar’ el Congreso Católicos y Vida Pública que el CEU y la Asociación Católica de Propagandistas celebrará a finales de noviembre.

Bajo el título este año de ‘La política, al servicio del bien común’, los obispos quieren volver a marcar el ritmo con nombres como el ex presidente de la asociación y presidente de la COPE, Alfonso Coronel de Palma.

Un ‘hueco’ bastante importante se le ha reservado a Coronel de Palma en la clausura de este congreso, incluso por encima del que es su sucesor en los propagandista y presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfredo Dagnino. Y es que la labor como socio de Dagnino en el despacho de abogados del diputado del PP José María Michavila y la presunta relación del popular con el ‘caso Gürtel’ plantea algunos temores entre los obispos.

Antes de la celebración de este congreso, en noviembre, los obispos ya han puesto en marcha esta estrategia y han relevado de su cargo a los rectores de las diferentes ramas del CEU. Un ejemplo ha sido Madrid, donde el rector José Tomás Rega ha sido relevado por, según la versión oficial, “discrepancias sobre la vida universitaria” con sus patronos. Y es que, según han asegurado a EL BOLETIN fuentes cercanas a la universidad, la condición de “carlista requeté” no gustaba en el momento actual.

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