A pesar de que queda un día que Dívar dimita, el presidente del CGPJ ya tiene sustituto: el exconsejero de Justicia de Francisco Camps, Fernando de Rosa, que tomará las riendas del órgano de gobierno de los jueces hasta que se acuerde un candidato. La figura de De Rosa despierta hondas críticas por su limitada experiencia judicial.
El artículo 123 de la Ley Orgánica del Poder Judicial es claro: el «presidente del Consejo General del Poder Judicial será sustituido por el vicepresidente en los supuestos de vacante, ausencia, enfermedad u otro motivo legítimo», así como por renuncia. Esto es, Fernando de Rosa se convertirá en el nuevo máximo responsable del órgano de gobierno de los jueces de forma temporal.
El que fuera consejero de Justicia y Administraciones Públicas durante un año y tres meses en la Generalitat de Francisco Camps sustituirá a Carlos Dívar en el CGPJ tras la polémica desatada por los gastos de los viajes de este último a Marbella.
Un ascenso que algunas fuentes jurídicas consultadas por EL BOLETIN han tildado de “meteórico”, ya que en apenas cuatro años ha pasado de ostentar un cargo autonómico con el ya ‘desahuciado’ Camps a convertirse en la máxima autoridad judicial del Estado.
La propia entrada de De Rosa en el CGPJ ya causó polémica, según estos miembros del mundo judicial. El actual vicepresidente del Consejo formó parte del pacto entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy para que Carlos Dívar se erigiera como presidente.
Todo esto, ante la incredulidad de algunos vocales del órgano de gobierno de los jueces que ya criticaron en su día la limitada experiencia de De Rosa en los asuntos que trata el CGPJ. Unas voces que se han vuelto a escuchar ahora 24 horas antes de ser encumbrado como el nuevo presidente del Consejo.
Así, fuentes jurídicas recuerdan que el exconsejero de Camps se ha formado en temas demasiado locales, en concreto, de la Comunidad valenciana, y no es magistrado del Supremo, por lo que de ninguna manera podría suceder a Dívar en la Presidencia de este Tribunal.
A pesar de las críticas, estas fuentes admiten que el mandato de De Rosa no será tan temporal como se cree. “Existe tal división en el seno del CGPJ que será difícil que vocales del sector progresista y del conservador logren pactar un candidato de consenso” que se convertiría en el verdadero sustituto de Dívar y relegaría al juez valenciano a su anterior tarea: la Vicepresidencia del Consejo.
Si estos augurios se cumplen, De Rosa ostentaría este cargo hasta finales de 2013, cuando expira el mandato del actual gobierno de los jueces.
El propio De Rosa ya se ve como sucesor de Carlos Dívar. En una rueda de prensa en Valencia, el vicepresidente del CGPJ ha asegurado que trabajará desde la Presidencia de este órgano por «recuperar la credibilidad de los ciudadanos».
«Voy a trabajar durante mi mandato para recuperar la credibilidad de los ciudadanos y para que haya máxima transparencia en el Consejo», ha insistido el exconsejero de Justicia de Francisco Camps.
Dívar, ausente en Cádiz.
Precisamente, hoy mismo también se ha conocido que el todavía presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, no asistirá mañana en Cádiz a los actos con los que se cerrará la conmemoración del bicentenario de este último órgano.
En su lugar, asistirá el que se espera que sea su sustituto al frente de este alto tribunal: el presidente de la Sala de lo Civil, Juan Antonio Xiol Ríos.
Garzón.
Por si no fuera poca la polémica que la figura de De Rosa despierta en el mundo judicial por su currículum, a esto hay que añadir el enfrentamiento que en su día protagonizó contra Baltasar Garzón por la presunta trama de corrupción en las filas del PP valenciano y que salpicó al propio Camps.
Además de conocerse que el magistrado se reunió con el expresidente de la Generalitat tras la imputación de este último, De Rosa, en una entrevista en Canal 9, advirtió a Garzón que estaba traspasando la “línea roja” de la prevaricación por no inhibirse en la investigación al señalar la posibilidad de imputar a aforados del PP. Unas declaraciones por las que posteriormente se disculpó.
