Oposición y sindicatos han achacado el problema a los recortes que la alcaldesa ha acometido en el mantenimiento del arbolado. El verano ya ha llegado y, con él, las tradicionales vacaciones de las que también disfrutan los cargos públicos. Ana Botella no será menos y dentro de poco abandonará la capital para relajarse y desconectar de sus obligaciones. Sin embargo, su retiro puede verse afectado por los problemas que han surgido con el arbolado de Madrid, ya que en menos de un mes un hombre ha fallecido y una niña ha resultado herida debido a la caída de ramas.
Esta situación amenaza con repetirse y se ha convertido en uno de los principales temores de los transeúntes a la hora de pasear por la capital. Y es que, según denuncia la oposición, los problemas registrados en los últimos días se deben a la falta de mantenimiento tras los recortes acometidos por el Gobierno municipal.
Uno de los primeros en alzar la voz ante la caída de árboles fue el PSOE, que puso el acento en la “relación causa-efecto” existente entre los últimos accidentes ocurridos en Madrid y la “menor dotación de personal y de medios”. Así lo indicó Jaime Lissavetzky, pero no fue el único, ya que la la concejal Ruth Porta, que es la responsable socialista de Medio Ambiente en el Ayuntamiento, se expresó en los mismos términos.
Tal y como explicó, estos accidentes son “una de las consecuencias fundamentales” de los recortes, y advirtió que la situación está “empezando a ser tremendamente peligrosa” porque debido a estos problemas se está “poniendo en riesgo a los ciudadanos”.
IU, por su parte, relacionó la caída de árboles y las plagas que afectan a algunas zonas verdes de la ciudad con el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que ha reducido hasta los 228 el número de jardineros que trabaja a diario en Madrid. Según la portavoz de Medio Ambiente del Grupo de Izquierda Unida en el consistorio, Raquel López, “los recortes de personal se acaban pagando y, en este caso como en casi todos, los pagan los vecinos de los barrios y los distritos de la ciudad que pagan más y reciben menos”.
Y en la misma línea se expresaron desde UPyD. La formación magenta indicó que “el arbolado de Madrid se encuentra en mal estado” y que los problemas de los últimos días son un “síntoma” más de la “mala gestión de lo público por parte del Ayuntamiento”. Incluso el portavoz de este partido, David Ortega, acusó a Botella de “maltratar” el arbolado madrileño tras habar aplicado un recorte en el contrato para su mantenimiento “del 26%”.
Pero no sólo la oposición, sino que los sindicatos también han dado la voz de alarma ante estos problemas, que podrían obligar a Botella a abandonar su retiro y volver a la capital si persisten. Concretamente, el delegado de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) de Madrid en Valoriza, empresa adjudicataria en el mantenimiento de jardines y arbolado, Salvador Belén, remarcó los problemas de salud que tienen los árboles por la “ausencia de poda” y dijo que los tratamientos fitosanitarios se han visto mermados por lo que las plagas de pulgón, galeruca y oidio en olmos, plátanos y otros árboles de la ciudad se han multiplicado, afectando a la salud general del arbolado.
Ante las críticas, Botella dio orden de crear un grupo de trabajo integrado por científicos expertos en evaluación de masas forestales y arbolado urbano para que elaboren un plan que ayude a adoptar las medidas adecuadas y “minimizar los riesgos” para la ciudadanía. Sin embargo, si los problemas persisten, puede no ser suficiente y el asunto puede llegar incluso a afectar a las vacaciones de la alcaldesa.
