La dimisión del vicealcalde del Ayuntamiento, Miguel Ángel Villanueva, ha resucitado la batalla por el poder en el PP madrileño donde las diferentes ‘familias’ ya han movido sus fichas para colocar a sus candidatos a suceder a Botella. Nadie en las filas populares apuesta por la continuidad de la alcaldesa en el consistorio, por lo que todas las miradas se dirigen hacia su nueva ‘número dos’, Concepción Dancausa, y la candidata del aguirrismo, Cristina Cifuentes.
Las espadas vuelven a estar en todo lo alto en el PP de Madrid. Las tradicionales fiestas de Navidad habían congelado la lucha que se ha desatado en las filas del partido por estar lo mejor colocado posible cuando la alcaldesa de la capital haga oficial su renuncia a ser la candidata en las próximas elecciones. Un secreto a voces entre los populares que aseguran que no se presentará a los comicios municipales tras la polémica que ha rodeado a su primer año de mandato.
Ahora, esta batalla se ha reanudado y a lo grande. Botella ha ‘fulminado’ a su vicealcalde y ha dado plenos poderes a Concepción Dancausa, amiga personal de la regidora y su apuesta para ‘heredar’ el ayuntamiento. Y es que, en los últimos meses la mujer de José María Aznar ha situado a la recién elegida primera teniente alcalde en la primera línea de la sucesión. No hay más que recordar que el pasado 1 de noviembre Botella la encargó ‘poner orden’ en el grupo municipal del PP al encargarle la investigación interna con la que esclarecer lo ocurrido en el Madrid Arena
A pesar de todos los esfuerzos de la alcaldesa por acercar a Dancausa a la Alcaldía, la delegada de Hacienda y de Economía no lo va a tener fácil para suceder a Botella. El cargo de alcalde es un puesto muy suculento y con mucho poder, ya que estamos hablando nada menos que de controlar la capital de España. De ahí que los aguirristas quieran tomar partido en esta lucha.
Desde el entorno de la expresidenta de la Comunidad y líder del PP regional, Esperanza Aguirre, se promociona a Cristina Cifuentes como la candidata idónea para la alcaldía. Una figura, la de la delegada del Gobierno, que despierta simparía a la propia Aguirre y a Ignacio González, así como a este sector del partido que vería con su llegada al consistorio una victoria frente al aznarismo. Asimismo, lanzarían un mensaje al propio Mariano Rajoy recordándole que el ‘adiós’ de Aguirre no significa su ‘muerte’ política, ya que su influencia seguiría viva.
