El grupo de presión con el que se ha encontrado el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino por la Ley de Costas cada vez es más grande. Si primero fue la Plataforma Nacional de Afectados por la norma que logró el apoyo de embajadas y eurodiputados de centroeuropa en el Parlamento Europeo, ahora son los hoteles.
Varios son los hospedajes, como el hotel de cinco estrellas Sidi Saler de Valencia, que ven como el terreno que compraron legalmente y donde edificaron ahora es, por orden del ministerio, ilegal y hay que derribar. Por este motivo, según ha asegurado a EL BOLETIN el portavoz de la Plataforma de Afectados, José Ortega, la Federación de Hoteles de Valencia ha firmado un pacto de colaboración para, juntos, hacer una defensa común de sus revindicaciones. Exigencia que tendrán su punto álgido en otubre.
Será precisamente al término del verano para cuando tanto los hoteles como los afectados particulares han convocado a un congreso en el que “manifestarán públicamente sus problemas con representantes de ambos organismos e incluso representantes políticos”, según Ortega.
Este acto, “que se hará en octubre porque en este mes era muy precipitado”, se realizará precisamente en el mencionado Hotel Sidi Saler. Hospedaje que dirige el vicepresidente de los afectados, Roger Zimmerman, y uno de los mayores conocedores de cómo está la situación de los derribos en la comunidad.
Además del congreso, la plataforma iniciará una recogida de firmas, 500.000 exactamente, para acometer una reforma de la normativa en lo referente a futuros cambios en la normativa sobre costas.
En el pacto que se ha firmado con los hoteles, además de incluir la protección de estas edificaciones se ha incluido a los chiringuitos en la playa. La decisión del Gobierno de poner fin a esta actividad ha provocado, sobre todo en la región del levante, graves críticas desde todos los ámbitos sociales.
Además de los hoteles, el portavoz de la Plataforma de Afectados, José Ortega, ha encontrado el respaldo del PP en su propuesta para reformar la norma. La negativa de Ortega a reunirse con el diputado del PP Carlos Floriano ha provocado sucesivos encuentros con nuevos interlocutores del partido que sí escuchan sus propuestas.
