La víspera de la cumbre del G-8 en L’Aquila (Italia), el Papa Benedicto XVI ha hecho pública una encíclica en la que critica el capitalismo sin control que ha llevado a un abuso «ampliamente destructivo» del sistema. Además muestra sus reservas sobre la conveniencia del libre mercado.
El Vaticano ha hecho pública hoy una nueva encíclica del Papa Benedicto XVI que bajo el título ‘Caritas in Veritate’ (Caridad en la verdad) propone una nueva economía de mercado basada en el principio de “solidaridad” que ponga fin a una “cierta ideología” egoísta que ha predominado hasta ahora. Así, el Pontífice insta a apostar por una economía más ética y por “formas de redistribución” de la riqueza supervisada por los Gobiernos para ayudar a los más afectados por las crisis.
El Papa también se refiere al fenómeno de la globalización sobre la que señala que “a priori” no es “ ni buena ni mala” sino que “será lo que la gente haga de ella”. Así, sostiene que “oponerse ciegamente” a este fenómeno “sería una actitud errónea, preconcebida, que acabaría por ignorar un proceso que tiene también aspectos positivos”. En su opinión, “si se gestiona mal” puede tener el efecto contrario y que en lugar de una redistribución de la riqueza “comporte una redistribución de la pobreza”. Por otro lado, el Papa critica el hecho de afrontar el problema del desarrollo imponiendo a la población políticas de control de la natalidad con las que, en algunos países, incluso, se obliga a las mujeres a abortar.
En el documento, Benedicto XVI también propone que las Naciones Unidas, las instituciones económicas y las finanzas internacionales sean reformadas “incluso en medio de una recesión mundial”.
La encíclica supone la guía más clara para los católicos y esta es la primera sobre asuntos sociales redactada por Benedicto XVI desde su nombramiento en 2005. Se da a conocer tres días antes de la reunión del Papa con el presidente estadounidense, Barack Obama.
El texto se conoce un día después de que el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mariano Crociata, lanzara una dura crítica al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anfitrión de la cumbre que se celebra mañana, al acusarle de «libertinaje alegre e irresponsable», aunque no citó su nombre en ningún momento. Durante una homilía en la ciudad de Latina, Crociata advirtió de que «nadie debe pensar que en este campo no existe gravedad de comportamientos o que se trate de asuntos privados, sobre todo cuando hay menores de edad implicados, una cosa cuya gravedad llama a la venganza ante Dios», unas palabras que todos los medios interpretaron como una valoración de los últimos escándalos en los que se ha visto implicado Berlusconi.
