Las críticas vuelven a llover sobre Cristóbal Montoro. Ante las declaraciones lanzadas por el ministro de Hacienda para justificar los ajustes del Gobierno, en las que achaca la difícil situación financiera a la existencia de cuentas en el cajón en algunas regiones, las autonomías han dicho basta y han pedido al responsable de esta cartera que deje de sembrar dudas sobre la solvencia de España.
Las autonomías se han cansado de ser señaladas una y otra vez como las máximas responsables de la mala imagen que tiene la economía española en el exterior. Algunas regiones creen que las continuas dudas expresadas por Cristóbal Montoro y otros responsables económicos del país sobre la solvencia de las comunidades es lo que ha provocado la pérdida de confianza internacional, por lo que han pedido al ministro que deje a un lado esa actitud.
Con estas críticas, las autonomías pretenden evitar que el Gobierno siga dando armas a los especuladores que les permitan extender en los mercados la incertidumbre sobre la capacidad de España de hacer frente a sus obligaciones. Son muchas las regiones disconformes con esta actitud de Montoro, incluso algunas del PP, pero ha sido Andalucía la que ha dado la voz de alarma.
La consejera de Hacienda y Administración Pública de la región, Carmen Martínez Aguayo, ha pedido directamente al ministro que “deje de sembrar las dudas sobre la contabilidad y los datos de ninguna comunidad autónoma”, ya que cree que “flaco favor” hace así a la contabilidad nacional.
Además, la responsable andaluza ha insistido también en que la meta final debe ser “ganar y generar confianza entre los mercados internacionales y de la UE” para devolver a España a la senda de crecimiento, y eso es algo que no se va a conseguir poniendo en duda las cuentas autonómicas.
El objetivo principal de la administración central debe ser el de “generar confianza”, algo a lo que según Martínez Aguayo debe “dedicar sus esfuerzos el ministro”, que de momento sólo ha cuestionado las cuentas autonómicas, que ha tildado como “un gran descontrol” con el que hay que acabar para evitar “nuevos despilfarros”, en pos de defender unos recortes impopulares.
