El pasado de los dirigentes de Podemos que explica (algo más) el conflicto interno

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El pasado de los dirigentes de Podemos que explica (algo más) el conflicto interno

Pablo Iglesias e Iñigo Errejón

La vinculación con el PCE de muchos de los próximos a Pablo Iglesias preocupa a parte de los ‘errejonistas’, que esperan no encerrarse en “modelos caducos”. A un mes de la II Asamblea Ciudadana de Podemos, las cartas de las diferentes corrientes internas comienzan a ponerse boca arriba. Si bien no resultan particularmente llamativas, a estas alturas todos conocen de que pie ‘cojea’ cada uno, todas ellas esconden una particularidad y voluntad compartida: la vuelta al origen.
 
Anticapitalistas, pablistas y errejonistas aluden constantemente a la necesidad de un ‘retorno’ al primer Podemos, al originario, como si eso fuera – quizá lo sea – un significante vacío al que dotar de un nuevo significado.
 
Cuando Miguel Urbán y Teresa Rodríguez hablan del primer Podemos, su imaginario les lleva a un Podemos considerablemente distinto al que se imagina-recuerda Pablo Iglesias o Iñigo Errejón. Sin embargo, todos ellos hablan y compiten por volver a aquel momento, para no repetir los errores (centralismo, secretario general ‘todopoderoso’, etc.) que han condicionado a la formación, aseguran.
 
Izquierda Unida y el PCE
 
La vuelta al origen del partido se une al giro de 180 grados que ha dado Pablo Iglesias en algunas de sus aseveraciones de los últimos meses. De considerarse socialdemócrata y lanzar loas a José Luís Rodríguez Zapatero, a rodearse de políticos procedentes del Partido Comunista de España (PCE) y de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE).
 
Pablo Iglesias y Podemos se expandieron rápidamente por la geografía española porque nadie supo canalizar la desazón política mejor que ellos. La consolidación del eje arriba-abajo y el hecho de que Iglesias no dudaba en criticar (“cenizos”) a Izquierda Unida y al PCE del mismo modo que al Partido Popular convenció a muchas personas que hasta la fecha no se habían acercado a partidos próximos a la izquierda.
 
Sin embargo, el secretario general de Podemos ha ido abandonando paulatinamente esa narrativa, y a la coalición con Izquierda Unida en las anteriores elecciones se une que su actual ‘guardia pretoriana’ está conformada por tres miembros procedentes del PCE o de la UJCE.
 
Irene Montero, portavoz adjunta de Podemos en el Congreso y jefa de gabinete de Pablo Iglesias, Rafael Mayoral, secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos y Juan Manuel del Olmo, responsable de actividades internas de la Secretaría General, han formado parte del partido comunista en algún momento de su carrera (pre)política.
 
De hecho, Mayoral y del Olmo han llegado a ser los líderes – en diferentes épocas – de las Juventudes Comunistas de España. Irene Montero, por su parte, temprana en la concienciación de clases, entró en la Juventud Comunista a los 16 años.
 
Junto a estas tres personas, Manolo Monereo o Jorge Vestrynge, ambos muy influyentes en el pensamiento de Pablo Iglesias y ambos antiguos trabajadores o colaboradores del Partido Comunista. Monereo, diputado de Unidos Podemos por Córdoba, fue militante del PCE desde 1970 y del Partido Comunista de los Pueblos Unidos desde 1984 a 1988. Vestrynge, uno de los ‘padres’ de Podemos y fiel defensor de Pablo Iglesias, estuvo trabajando durante un tiempo como asesor político del PCE.
 
Preocupación errejonista
 
Todas estas circunstancias despertaron hace un tiempo el recelo de Iñigo Errejón y sus afines, que como es sabido, nunca han compartido la aproximación a Izquierda Unida ni al Partido Comunista. Una de las personas próximas al secretario político de Podemos, confiesa a ElBoletin.com que observan con relativa preocupación la ‘conquista’ de puestos orgánicos por parte de figuras procedentes de IU o el PCE.
 
Sin embargo, la principal preocupación de este miembro de Podemos es que el partido “compre el discurso de Izquierda Unida o el Partido Comunista y perdamos una oportunidad histórica de construir una mayoría transversal. No es el momento de encerrarse en modelos caducos”. No obstante, asume que “si la mayoría de los inscritos así lo deciden, iremos todos a una”.
 
En el caso de Errejón, sus más fieles compañías proceden de otros terrenos ajenos a los partidos políticos. Así, Rita Maestre y Jorge Moruno coinciden con un pasado inmerso en la asociación universitaria anticapitalista Contrapoder, Clara Serra ha sido – y sigue siendo – un activo muy relevante en los movimientos feministas y Pablo Bustinduy, responsable de las relaciones internacionales de Podemos, ha dedicado gran parte de su vida al estudio y la formación ajeno a los partidos políticos.
 
Incluso el caso de Tania Sánchez, errejonista procedente de Izquierda Unida, resulta paradigmático. Sánchez no ha formado parte del Partido Comunista en ningún momento de su carrera política.
 
En cualquier caso, las ‘amistades’ políticas de Iglesias y Errejón no son solo fruto de estrategias internas, sino de una forma de concebir la política. Iglesias ingresó con 14 años en la Unión de Juventudes Comunistas de España, mientras que Errejón, históricamente más próximo a los anticapitalistas, nunca ha formado parte de ningún partido político.
 
Este hecho quizá revele la posibilidad freudiana de que la vuelta al origen de Podemos sea a su vez la vuelta al origen de cada uno.

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