Las quejas de Llamazares en 2013 ante la falta de unión en la izquierda

Izquierda Unida

Las quejas de Llamazares en 2013 ante la falta de unión en la izquierda

Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Abierta

El líder de Izquierda Abierta, profundamente crítico con el preacuerdo entre IU y Podemos, pedía en 2013 una coalición electoral capaz de superar siglas para agrupar a la izquierda española. “Que tras los “¡Indignaos!” y “¡Comprometeos!”, seamos capaces de una tercera formulación tan histórica como necesaria y actual: ¡Uníos!”, pedía el líder de Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares, en esta columna de 2013 en El País. Usaba los títulos del escritor Stéphane Hessel para clamar contra la división de la izquierda española, criticando la auto condena a la derrota ante las fuerzas conservadoras y capitalistas. “Pero ¿cómo se plasma una alternativa creíble, ilusionante, con capacidad de respuesta y sobre todo de éxito?”, se preguntaba Llamazares poco después de fundar Izquierda Abierta. En 2012 el político concibió esta plataforma federada a IU omo punto de encuentro y articulación de la izquierda con personas y colectivos que estuviesen tanto fuera como dentro de las siglas que hoy lidera Alberto Garzón.

“La respuesta inicial está en la movilización y participación a la hora de elaborar una alternativa electoral”, se respondía a sí mismo Llamazares hace tres años en una columna coescrita junto a su coordinador de comunicación y redes en Izquierda Abierta, José Francismo Mendi. “Las organizaciones partidarias deben dejar de lado sus viejos métodos y sus siglas para promover una candidatura común de las izquierdas cuya mejor cobertura jurídica podría ser el formato de agrupación electoral”, pedía Llamazares.

«Si seguimos coincidiendo en los análisis pero nadie se atreve a dar un primer paso atrás obviando las purezas identitarias, la rivalidad vecinal o la historia de unas siglas, la realidad certificará la defunción del sistema y nos abofeteará de nuevo al estilo Grillo», apuntaba, en referencia al Movimiento 5 Estrellas italiano.

Esta opinión sobre la confluencia en la izquierda contrasta con la actual postura que del diputado autonómico en Asturias, elevándose como la voz interna más crítica desde ante el pacto electoral con Podemos. Llamazares ha llegado a calificar de “humillación” para IU el diseño de la coalición con el partido morado: “Nos humillan con un quinto puesto en la candidatura y en el futuro grupo parlamentario de Podemos”, afirmaba el dirigente asturiano en su cuenta de Twitter antes de conocerse que Garzón e Iglesias habían alcanzado un pacto. Lamentaba también que las conversaciones “no añaden nada a la financiación”. Para el veterano político de IU, en la consulta a las bases que ayer y hoy celebra la formación, “votamos antes a ciegas y ahora a tuertas”, ya que “no sabemos programa, ni el nombre de la cosa. Somos solo el quinto del grupo de Podemos”.

“Tanta democracia participativa y aceptamos que apliquen la ley d’Hont: la relación de votos es de uno a tres con cinco, no de uno a seis”, continúa el que fuera coordinador federal de Izquierda Unida en una serie de ‘tuits’ sobre el preacuerdo.

No obstante, aunque Llamazares pedía hace tres años la unión, rechazaba la confluencia de siglas ya existentes, sino por la amalgama bajo una identidad nueva, para lo que impulsó Izquierda Abierta. Consideraba que “lo ideal sería que ese proceso de participación surgiera de la sociedad y no tanto de los partidos que deberían dar un paso al lado, y no necesariamente atrás, para estar junto a la sociedad civil y los sindicatos de clase respaldando de forma común un nuevo liderazgo social y político”. Y apostaba por reunir a figuras como el juez Baltasar Garzón: “Una persona capaz de representar esta nueva dimensión de la sociedad y la política, que ensambla lo conocido y lo nuevo por conocer. Y sobre todo que podría reunir el consenso necesario para hacerlo con el mayor apoyo posible que no es el de los partidos sino el del conjunto de la ciudadanía”.

Sin embargo, la visión de Llamazares hoy es que “mientras nos abrazamos a ciegas a la coalición, las confluencias se replantean formar parte de ellas para garantizarse un grupo propio” y criticaque “no es posible que algo tan trascendental sin debate de los afiliados y simpatizantes, contrastar opiniones y pronunciarse sólo con su voto”.

“No se trata de ilusión ni de coalición, y mucho menos de confluencia. Es la cesión del caudal de votos y credibilidad de IU por un espejismo”, señala el portavoz en Asturias.

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