Latinoamérica, antídoto de las cotizadas españolas contra el naufragio económico de Europa

Especial Inversión en Latinoamérica

Latinoamérica, antídoto de las cotizadas españolas contra el naufragio económico de Europa

Las compañías cotizadas españolas han vuelto a encontrar en Latinoamérica el antídoto perfecto a la atonía de la inversión y el consumo que sufren en Europa y, especialmente, en su propio mercado doméstico. Apuestas por la internacionalización al otro lado del Atlántico, venta de activos maduros en aquella región y hasta colocación en Bolsa de algunas filiales las van ayudando a superar el bache de la crisis.

El ejemplo más claro de esta continuada tendencia es la apuesta por ‘hacer las Américas’ de un buen número de pequeñas y medianas cotizadas del parqué madrileño. La pujante región económica, aunque más fría que de costumbre en los últimos meses por la falta de demanda internacional, se coloca en el centro de los planes de expansión de compañías tan variopintas como Ezentis, Amper, Fluidra y Elecnor, que en los últimos meses han dado decididos pasos en la región tan distintos entre sí como ellas mismas.

La antigua Avánzit ha formalizado la compra de una compañía de infraestructuras de servicio en Brasil -aún pendiente de cierre- y su presidente Manuel García-Durán ha descrito en repetidas ocasiones a la ‘última milla’ de las conducciones de luz, agua y teléfono fijo en la región como su gran apuesta de crecimiento. Por su parte, Amper acaba de aprobar el canje de acciones de los minoritarios de su filial en la región, eLandia, por títulos propios de nueva emisión con el fin de poder controlar de forma más directa los negocios y decisiones de su marca en la otra orilla del Atlántico. Fluidra ha confirmado su plan de crecimiento en la región con la expansión de sus redes de distribución. Y, por último entre estos pocos ejemplos, Elecnor ha dado buena cuenta de su interés por el subcontinente con la adjudicación de múltiples contratos fundamentalmente en Brasil.

Sin embargo, la apuesta por Latinoamérica para suavizar las estrecheces de la Vieja Europa no es algo que se circunscriba a las más pequeñas de la Bolsa de Madrid. Hace unas pocas semanas, la concesionaria OHL anunciaba su intención de colocar en la Bolsa de México un 14% adicional del capital que ya cotiza en dicha plaza de su filial en el país azteca. Una operación por la que podría conseguir fondos por 500 con los que hacer frente a su deuda de forma más holgada y dotarse de financiación para nuevos proyectos sin pasar por el ahora tan restringido circuito bancario.

El grupo presidido por Villar Mir no sólo ha dado este paso en los últimos meses. Además de haber realizado múltiples emisiones de deuda a través de sus filiales en la región y de haberse hecho con cuantiosos contratos, su acuerdo con Abertis para traspasarle su peajes en Brasil y Chile le ha valido el aplauso de analistas e inversores y buena parte de las alzas del 25% que a un año vista acumulan ya sus acciones en la Bolsa de Madrid. Ni que decir que la de Salvador Alemany también ha salido reforzada de una operación por la que, además de mejorar su presencia en uno de los mercados con más potencial automovilístico del mundo, se ha convertido en líder mundial en la gestión de autopistas.

Otra que debe también buena parte de su reciente pujanza en Bolsa es Sacyr. La constructora se ha hecho con importantes contratos en Latinoamérica que han sostenido su cotización por encima del umbral clave de los 2,00 euros por acción. Este crecimiento, fundamentalmente en las llamadas economías andinas, ha sido uno de sus grandes estandartes ante inversores y analistas en este año 2013. Obras en el metro de la ciudad brasileña de São Paulo, centrales hidroeléctricas en Perú y autopistas en Chile comportan sólo la parte más reciente de su creciente cartera de pedidos en la región.

Más allá de inversión y contratación, un tercer movimiento ha ayudado a las cotizadas españolas a aguantar el tipo gracias a Latinoamérica. Las compañías con una más dilatada trayectoria en la región han podido deshacerse de algunos de sus activos más longevos apuntándose cuantiosas plusvalías. La constructora FCC, sumida en un profundo plan de ajustes y reestructuración para recuperar su competitividad, consiguió embolsarse nada menos que 81 millones de euros con la venta de su filial de servicios medioambientales Proactiva.

La compañía presidida por Esther Alcocer Koplowitz no ha sido la única en colgar el cartel de ‘se vende’ a alguna de sus marcas. Telefónica ha vendido el 40% de su participación en operadoras de Centroamérica por unos 500 millones de dólares. El gigante financiero CaixaBank ha vendido la mitad de su participación en Inbursa, el brazo financiero del magnate mexicano Carlos Slim, por 387 millones de euros. BBVA anunciaba el pasado mes de abril el final de su plan de desinversiones en Latinoamérica con la venta de sus fondos de pensiones en Perú por 208 millones de plusvalías netas.

No obstante, no todo es optimismo con Latinoamérica. La prohibición del tabaco en las salas de juego argentinas y el cierre temporal de algunos salones en México pesa con fuerza sobre las cuentas y gráfica bursátil de Codere. Ni siquiera para Abertis, todo han sido buenas noticias: la expropiación de su filial gestora de aeropuertos en Bolivia también supuso el pasado mes de febrero un duro golpe para su cotización, si bien después logró reponerse del mismo.

La más sufriente al otro lado del Atlántico, Pescanova. La gallega ha sido incapaz de encontrar comprador para su filial chilena Acuinova, que ya puso a la venta y se ha visto abocada a un inesperado concurso de acreedores que ha destapado multitud de presuntas malas prácticas corporativas. Con su alta dirección imputada por diversos delitos, su negociación suspendida y una maraña empresarial que los administradores concursales no terminan de desmadejar, se coloca sin discusión alguna como la internacionalizada española con peor aspecto al ecuador de este 2013.

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