El vertical y explosivo rebote al que los cruces de la primera mitad de la sesión de este lunes parecían apuntar, al final no ha sido tal. Los bajistas han aprovechado el rebote de primera hora para renovar sus apuestas a corto y, con ellas, han frenado el impulso alcista que con euforia se apuntaba el parqué madrileño.
En algunos foros bursátiles de la Red se podía leer hoy eso de que ‘poco dura la alegría en la casa del pobre’. Los bajistas, que a primera hora retiraban sus posiciones cortas ante un previsible rebote encabezado por los bancos cotizados tras la llegada del rescate europeo, provocaban una drástica retirada en el calibre del repunte con la fijación de sus nuevas apuestas bajistas, según los expertos consultados por este portal.
Con unos primeros compases de negociación en los que el Ibex 35 ha llegado a superar los 6.900 puntos, con un avance del 6% con respecto al cierre del viernes, la señal para fijar nuevas posiciones cortas estaba sobre la mesa, destacan algunos analistas. Desde Capital Bolsa apuntan que la superación de los 7.000 enteros era difícil de alcanzar -y más de consolidar- en una sola sesión, con lo que la vertiginosa aproximación del selectivo a dicha cota a animado a los más especuladores a apostar por una corrección de la renta variable española que no ha tardado en llegar.
El Ibex 35 ha pasado de repuntar un 4,5% de media en la primera mitad de la sesión a llegar a medrar menos del 1% en algunos compases de la segunda parte de la jornada. Un golpe perfecto que ha permitido a los especuladores más hábiles una doble ganancia. Primero, aprovechar el repunte del parqué con el cierre de sus viejas posiciones cortas y, después, sacar partido a la contracción de las ganancias de primera hora con la creación de unas nuevas apuestas bajistas ajustadas a la nueva situación del mercado. Una operativa que se ha repetido, según gestores de Bolsa consultados por esta publicación, principalmente en bancos y valores cíclicos como las acereras.
A conseguir este efecto, dicen los expertos, también han contribuido aspectos no tanto técnicos como puramente especulativos. Tras la primera euforia del rescate a los bancos, los gestores han comenzado a especular con la posibilidad de éste de borrar o no todos los efectos de la mala gestión de entidades como Banco de Valencia o los tipos de interés a los que España tendrá que devolver el capital recibido.
Por si fuera poco, el hecho de que el ministro de Finanzas de Chipre haya declarado que, a la vista de lo ocurrido con España, su país “puede asegurar términos favorables si necesita un rescate” ha destapado la caja de Pandora de la que algunos gestores de ‘hedge funds’ vienen alertando a Bruselas desde hace tiempo: o se logra una solución conjunta para los problemas económicos de toda la Eurozona o mientras un fuego se apague, otros conatos de incertidumbre e inestabilidad surgirán en otros países.
Un escenario que, señalan algunos analistas, ha frenado la entrada de dinero en las cotizadas españolas que sí tenía lugar a primera hora, aunque todavía con un perfil más de ‘trading’ que largoplacista. A consecuencia, también el vertical rebote del Ibex, la banca y otras cotizadas ha perdido considerablemente fuerza. También, las elecciones griegas del próximo fin de semana, de las que se espera un resultado poco amable para los planes de Europa, han animado el paso por caja de algunos inversores que optaban por sacar partido del rebote de este lunes en lugar de esperar a unos inciertos mejores tiempos para la renta variable española.
Ante toda esta agitación, que el mercado secundario de deuda parecía pronosticar desde primera hora con un descenso poco pronunciado de la prima de riesgo, el volumen de negocio de las cotizadas en el Ibex 35 alcanzaba los 250 millones de títulos a dos horas para el cierre del parqué. Una cifra que quedaba en línea con las registradas en las últimas sesiones cuando a primera hora la negociación casi cuadruplicaba dicha cota.
